sábado, 27 de diciembre de 2014

caPERUcita y el lobo



Escrito por: Elvis Occ

Aparte de un reducido numero de políticos y periodistas, la falta de testosterona en los dichos y escritos de algunos de los mas conocidos lideres de opinión, cuando se trata de SL o MRTA es alarmante. Tan aterrador el miedo -cobardía en los mas enanos- que prefieren martillear al que osa asomar su indignación so pretexto de algún civilizado y estratégico razonamiento académico. Pobres almas! Jugando a caperucita y el lobo, con los terroristas. Cuando el Ministro Urresti irrumpió en la exposición "artistica" de los senderistas les dijo en su cara limpia y pelada uds. no son la abuelita del cuento, uds son los lobos. Son Sendero! 

No paso mucho tiempo para que se alzaran voces en contra del figureti Urresti, que era una cortina de humo y otras suposiciones mas. Esos mismos que hasta el día de hoy tratan a los senderistas con guantes de seda o curiosidad de entomologo, pero no como lo que son: terroristas. Los pupilos de Abimael Guzman sabedores de la displicencia con que se maneja la estrategia anti terrorista -¿hay estrategia?- hacen exposiciones, dan recitales y promueven seminarios impregnados del Pensamiento Gonzalo. Acaso algún funcionario local tan siquiera echa una ojeada al asunto? Pero Urresti se atrevió a apuntar con el dedo! Palo con el!

Quizás no coincidamos con el Ministro Urresti y la mayoría de sus "criolladas" de cuartel o hasta incomode verlo mas seguido que la bataclana del momento en la tele, pero esta vez si la chunto. Al resto de senderologos que quieran seguir jugando a Caperucita y el lobo, les hago notar que el lobo no es de peluche. Si antes se creyo que eran cuatreros hoy todo pareceria indicar que algunos estan convencidos de las aptitudes e intenciones artisticas de los del PCP. Corran que viene el lobo!

www.elvisocc.org 

miércoles, 24 de diciembre de 2014

¿Cuándo se jodió el empleo?


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La primera vez que asistí a una asamblea sindical tenía 18 años y menos de dos trabajando en una de las cientos de empresas estatales que dejó el velascato y que estaba en quiebra, para variar. Se discutía acerca de su privatización o liquidación. El sindicato estaba en contra de las dos alternativas. Ellos querían luchar para que el Estado siga haciéndose cargo de la empresa quebrada y sin despedir a nadie. Yo no entendía esa posición. Cuando me dieron la palabra dije sin dudar que la mejor alternativa era la privatización. Pero enseguida me retrucaron que eso implicaría el despido de la mitad del personal. Respondí que siempre quedaría la mitad y eso es mejor que nada. Pero no me escucharon. Insistieron en que el Estado debía hacerse cargo de la empresa quebrada sin despedir a nadie. Peor aun, pedían más beneficios. El resultado fue que la empresa se liquidó, a pesar de los plantones, y todos acabaron en la calle. Yo me había ido meses antes.

Esa experiencia temprana me dejó claro el grado de imbecilidad al que pueden llegar los dirigentes sindicales persiguiendo una posición dogmática en defensa de supuestos principios. Hoy, cada vez que escucho a alguien hablando de la defensa de los ideales no puedo evitar pensar que se trata de otro idiota, de esos que son incapaces de tomar decisiones sensatas, y cuando el médico les dice que hay un problema con el parto y debe decidir entre su esposa o su hija, exige que se salven las dos siguiendo sus principios. El resultado es que las dos mueren. Y es que las posiciones que buscan la situación ideal y perfecta siempre llevan al basurero de la precariedad o a la muerte. Es todo un misterio científico entender por qué las ideas son capaces de secuestrar el pensamiento, aun cuando se trata de aberraciones. Y casi siempre lo son, especialmente cuando se divorcian de la realidad y acaban enfrentadas a ella.

Esto mismo ocurre hoy con la Ley Pulpín. Los principistas representantes de izquierda se indignan porque les están quitando derechos a los jóvenes. Es cierto que la ley busca darles empleo a costa de unos cuantos beneficios consagrados como inalienables por estos luchadores sociales. Ellos quieren los empleos y los derechos. No es solo un todo o nada, su posición es en realidad un todo y más. Nunca se cansan de pedir. La realidad dice que los jóvenes no tienen empleo, pero nadie ha salido a las calles a pedir empleo. No. Solo salen a reclamar derechos. Algunos tan absurdos como la "asignación familiar". Quisiera saber quién fue el conchudo que inventó esa aberración. Lo más probable es que la hayan copiado de algún otro país quebrado por la demagogia como Argentina.

Habría que preguntarse entonces de dónde surge la creencia de que se le puede exigir todo a las empresas y esperar que el Estado respalde esta posición con leyes y autoritarismo como si fuera el socio mayor de una banda de extorsionadores. Si mal no recuerdo, fue el general Velassco el que cebó a los sindicatos rojos como la CGTP, el SUTEP, la FEB y otros que no paraban de exigir beneficios sociales hasta llegar al delirio. No solo instituyeron la estabilidad laboral absoluta sino que en un momento la FEB consiguió incluso que el puesto laboral fuera hereditario. Frente a eso, algunas gollerías como el sueldo adicional por onomástico más día libre ya resultan minucias. Hay sindicatos que consiguieron del Estado centros vacacionales de lujo. Todo eso mientras la productividad decaía. 

Con el paso del tiempo el panorama laboral se ha llenado de beneficios sociales que carecen de sentido y hasta se repiten, como ocurre con la CTS y la compensación por despido. Ahora PPK sale a sugerir un seguro de desempleo sin decir quién correrá con el gasto. Siempre se sugiere más a pesar de que el problema es que ya hay demasiado. Lo que se necesita es quitar. Debemos volver a la razón y dejar de vivir en la fantasía de un esquema laboral repleto de beneficios gratuitos que en lugar de derechos laborales se han convertido en barreras laborales. Sin embargo, esperar algo así de nuestra clase política parece imposible. De otro lado, el parasitismo de la izquierda y el progresismo juvenil nunca arriarán sus banderas de defensa de los derechos utópicos. Mientras tanto, el gremio empresarial parece un club de eunucos que no opina y solo se deja extorsionar y esquilmar. 

Así las cosas no parece viable que el Perú alcance mejores posiciones de competitividad en el mundo y hasta me resulta irónico ir a la OCDE a solicitarle ingreso. Primero arreglemos el país y pisemos tierra. Ahora que se avecina un proceso electoral volverán a salir los demagogos a prometer más derechos y beneficios, sin duda. Dudo mucho que alguien tenga el coraje de proponer un cambio radical.

domingo, 21 de diciembre de 2014

El progresismo pulpín


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La ley del empleo juvenil, bautizada como Ley Pulpín, ha encendido el debate sobre el maltrecho escenario laboral del país. Pero es un debate estéril porque la argumentación de izquierda adopta ribetes teológicos. A cada rato nos topamos con dogmas inamovibles como los "derechos adquiridos" y con clásicos argumentum ad verecundiam, como por ejemplo: "lo dice la OIT". Además de insistir en sus falacias ad hominem para descartar la opinión de todo un sector político por el hecho de ser "fujimorista". Frente a todo esto cualquier debate serio resulta inútil. Y no es ninguna novedad. Los debates con la izquierda carecen de sentido porque son dogmáticos y conservadores.

¿Cómo cambiar radicalmente el escenario de 80% de informalidad laboral sin tocar los dogmas sagrados de los "derechos adquiridos" causantes de esta situación? Es imposible. Para la izquierda la solución pasa por la fórmula chavista de crear un Estado policíaco, con un ejército de inspectores que marche a las empresas junto con policías y soldados para constatar que los derechos laborales estén respetándose o, en su defecto, aplicar onerosas multas, meter presos a los empresarios, cerrar empresas o estatizarlas, tal como hicieron Hugo Chávez y su heredero Nicolás Maduro en Venezuela con los funestos resultados que ahora vemos. 

La otra salida sería iniciar un debate serio acerca de los mal llamados "beneficios sociales", que hoy se defienden como dogmas de fe pero que en el fondo son una franca aberración conceptual, cercana al robo institucionalizado. ¿Qué son concretamente estos "beneficios sociales"? Para decirlo en forma sencilla son dádivas otorgadas por políticos demagogos y cargadas a la cuenta de las empresas privadas. Cada vez que un demagogo en el poder se emociona surge un derecho social. En el pasado era muy fácil que un patán trepado al poder, embebido de soberbia y arrogancia, soltara un discurso patriotero y regalara derechos al pueblo como todo un un perdonavidas. El costo de su grandeza y emoción social tenía que ser asumido por las empresas privadas o el erario público. Así fue como nos llenamos de esos estúpidos "beneficios sociales". Y no es cierto que las masas hayan luchado por esos derechos, como parlotean los progres.

Recordemos, por ejemplo, los aciagos días del primer gobierno de Alan García, cuando entre los efectos del litio decidió inventar el derecho a la gratificación. Hasta entonces la gratificación era eso: un acto libre de agradecimiento de las empresas hacia sus trabajadores, efectuado tradicionalmente en fiestas patrias y Navidad. Personalmente lo recibí en los diez años previos. Pero Alan García un día decidió que esa gratificación debía ser un "derecho" y la convirtió en una obligación legal con monto y fecha definidos y amenaza de multas. Su popularidad creció, lógicamente. Eso era todo lo que buscaba. Pero luego el efecto de su demagogia hizo de la economía un desastre y por primera vez dejé de recibir la gratificación, pese a que ya era un "derecho" y una obligación de la empresa.

Ahora escucho a jóvenes reclamando airadamente por su asignación familiar. Es decir, ellos tienen un hijo y la empresa tiene que verse afectada. ¿No es eso ridículo? ¿La empresa les sugirió que tuvieran un hijo? En todo caso, deberían ir a reclamarle derechos a su papá, pero no a la empresa. De esta clase de estupideces aberrantes está lleno el paraíso socialista de los beneficios sociales del precario ambiente laboral donde, sin duda, la perla mayor es la bendita "estabilidad laboral". ¿Qué cosa en este mundo es estable? ¡Nada! Y menos la economía. Las empresas están sujetas a mercados inestables, a climas variables, a gustos populares cambiantes y hasta a gobiernos impulsivos. ¿En razón de qué puede existir una estabilidad laboral? Es inconcebible. Las empresas están impedidas de despedir personal incluso en situación cercana a la quiebra. Ya es completamente delirante.

La situación no da para más. Es una lástima que los jóvenes turcos que marcharon por las calles reclamando derechos laborales cuando ni siquiera empleo tienen no estén a la altura de los tiempos. Los pulpines del progresismo han preferido salir a reclamar por los viejos dogmas del pasado que han provocado justamente el desastre de realidad que tienen hoy. No quieren empleo sino derechos. Son parte de las modernas generaciones formadas bajo la mentalidad del progresismo parásito que sueña con la mamadera de un empleo único y estable de por vida, bajo la comodidad de la estabilidad laboral más una larga lista de beneficios adicionales, que no tienen nada que ver con su calidad como trabajadores o su productividad personal. Es el viejo y fracasado sistema diseñado por la izquierda velasquista que eliminó la meritocracia y la competitividad para crear el paraíso de los derechos igualitarios.

Es muy cómodo ser un defensor de los derechos cuando estos tienen que ser solventados por otros. Lo que deberíamos hacer es extender esos derechos a todos, de modo que la gente sienta cuánto cuesta solventarlos. Por ejemplo, habría que aumentar un 50% la tarifa pactada con el gasfitero o el taxista para pagarle sus beneficios sociales además del servicio prestado. ¿Estarían dispuestos todos a eso? Sospecho que al día siguiente saldrán indignados en protesta a exigir que sea el Estado o las empresas los que corran con ese pago. Eso es lo que quieren los parásitos sociales de hoy en día que han crecido con la mentalidad anti empresa y pro Estado. 

El Perú necesita ideas frescas. Necesitamos desprendernos de las taras mentales del pasado. Ya no podemos seguir defendiendo ideas surgidas de la emoción irresponsable de dictadores como Velasco o de gobernantes delirantes como Alan García. Es urgente reestructurar todo el panorama laboral tirando a la basura conceptos como "beneficios sociales" o "estabilidad laboral" y concentrarnos en el libre mercado de la competencia laboral y la productividad. Las empresas deben tener total libertad de contratación y despido, deben competir abiertamente por los recursos humanos tanto en la contratación como en la capacitación, los bonos deben darse por productividad y eficiencia, el Estado debe orientar el mercado laboral mediante incentivos tributarios y no mediante cargas laborales, etc, etc. Digo, si es que queremos surgir como nación y entrar en el concierto de las naciones más desarrolladas del mundo. Si no, pues sigan llorando por la mamadera de los derechos y seguiremos en la cola del mundo.

Oportunistas en carrera al 2016


Escrito por: Elvis Occ

A raíz de la controvertida Ley Laboral Juvenil -que no es la octava maravilla pero tampoco el fin del mundo- nos hemos dado de narices con algo que era "trademark" en algunos personajillos de la política peruana pero que ahora pareciera ser rasgo común en muchos de ellos: el oportunismo. Desde el desmemoriado Alan García, hasta PPK borrando comentarios comprometedores en twitter y Keiko con una pausa sopesadora a días antes de emitir opinión alguna. No podemos más que decir: el congresista Lescano no es el único, tiene competencia. Agazapada pero competencia en fin, y es que coincidentemente todos votaron a favor de la tan criticada Ley para después renegar de ella.

Lo preocupante de toda esta desinteresada reprobación y condena contra la Ley Laboral Juvenil es que nace y es azuzada desde la izquierda. Los jóvenes son convocados por grupos y personajes de izquierda quienes trabajan el tema desde bases partidarias (grupos culturales y estudiantiles) previamente instaladas en las universidades y asociaciones civiles. Cuando se requiere de una marcha de protesta, solo tienen que echar mano de sus adoctrinadas bases y estos a su vez de jóvenes incautos. Y es que una derecha organizada y activa es casi inexistente como tal, no tienen como reclutar y convocar a simpatizantes en contramarcha. Material hay, pero falta voluntad.

Así las cosas, de aquí a las elecciones del 2016 nos tendremos que resignar o quizás disfrutaremos ver las situaciones más absurdas e inverosímiles de candidatos sinvergüenzas y oportunistas que la era moderna peruana haya visto jamás. De aquí en adelante cualquier Ley, político, partido, comentario u hecho que de reditos, la izquierda y sus ONGes marxistas lo manipularan en beneficio de sus candidatos. Todo esto hace evidente la necesidad de un recambio generacional en el escenario político pues las viejas y nefastas practicas políticas no coinciden con el ánimo de progreso y mejora de todos los peruanos, ni mucho menos con nuestra naciente derecha popular. 

www.elvisocc.org

jueves, 18 de diciembre de 2014

El despelote laboral


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El libreto político del Perú es patético. La gente se pasa la vida pidiendo cambios y reformas pero cuando se las dan, aunque sean mínimas, salen a las calles a protestar para que nada cambie. Y los políticos apenas oyen las protestas reculan en sus intenciones, derogan la ley o postergan su aplicación saliendo a favor de los bochincheros. Esto es lo que acaba de ocurrir frente la ley que pretende reducir los altos índices de desempleo juvenil. Es posible que acabe derogada.

Solo por eso a veces prefiero una dictadura temporal. Si no es a la fuerza acá no cambia nada. ¿O alguien cree que el desastre de país que era el Perú hasta 1990 se hubiera podido cambiar en plena democracia? Imposible. Y menos en una democracia como la que tenemos, sin verdaderos partidos institucionalizados de alcance nacional, y con una clase política conformada por puros improvisados semi ignorantes, sin formación política, carentes de doctrina y principios ideológicos. ¿Cómo hacer reformas en un país así? Solo las dictaduras como la de Velasco Alvarado pudieron hacer reformas profundas, aunque las suyas solo sirvieron para hundirnos en la miseria porque siguió el mal ejemplo del socialismo. Gran parte de nuestras actuales taras provienen de esa época nefasta. Mientras acá Velasco nos arruinaba con socialismo, al lado la dictadura de Pinochet transformaba Chile en una potencia siguiendo las exitosas recetas del libre mercado. 

Las transformaciones no siempre son buenas, a menos que se sigan recetas de probado éxito y se abandonen las fracasadas. ¿Pero cómo es que se pueden seguir recetas que nos han hecho fracasar? Es un problema mental de los seres humanos: se enamoran de las ideas y dejan de lado la realidad. Es por eso que seguimos teniendo comunismo y socialismo en el mundo a pesar de sus fracasos. Así como hay mujeres que no quieren abandonar a sus agresores y victimarios porque creen que algún día cambiará o porque las maltratan por amor. Algo así pasa con los progresistas que apoyan ideas fracasadas como los famosos "derechos laborales" cuando ni empleo formal existe.

Volviendo al presente, la propuesta del gobierno es simple y pragmática: se le plantea a las empresas que contraten jóvenes sin tener que pagarles CTS ni gratificación. Por su parte el Estado se hará cargo del pago de ESSALUD. Es una medida opcional y de emergencia para evitar el paro juvenil que alcanza a 4 de cada 5 jóvenes. Acá lo que se quiere es que los jóvenes tengan un empleo. Algo para empezar. ¿No es una gran idea? Claro que sí. Pero para el progresismo no lo es.

El progresismo ha puesto el grito en el cielo porque se atenta contra uno de sus íconos más sagrados: los derechos laborales. Un progre no se preocupa por el empleo sino por los derechos derivados del empleo, pero como no hay empleo no hay derechos. Y una de las razones (si no la única) de que los jóvenes no tengan empleo es que son muy costosos para cualquier empresa. No tienen experiencia ni referencia alguna y son hasta un riesgo potencial. Por eso las empresas prefieren contratar gente mayor, si al final van a tener que pagar lo mismo. El resultado: desempleo juvenil. La ley pretende compensar a las empresas para que se animen a contratar jóvenes. Es bastante racional y habría que ver si en los hechos tendrá resultados. Parece obvio que alguna incidencia tendrá. 

Pero para el progresismo basta que se toquen los sagrados derechos laborales para que la ley sea una puerta abierta a la explotación. Con su tradicional mentalidad anti empresarial, han vuelto a sacar su cantaleta de que el gobierno favorece a las empresas y que hay toda una confabulación de las grandes empresas y la CONFIEP detrás de esta ley que busca el cholo barato. La histeria progresista de toda la vida. A ellos hay que sumarles un buen grupo de periodistas limítrofes, encumbrados sin razón, que opinan disparates en todos los medios en los que tienen acceso. Al final hasta los fujimoristas que apoyaron la ley ahora dan marcha atrás, haciendo frente común con los políticos demagogos y oportunistas que solo piensan en los votos. Así es nuestra democracia. Y luego hablan de cambios.

En realidad ni siquiera se han hecho cambios. Las vacas sagradas de los "derechos laborales" y los "beneficios sociales" siguen vivas. ¿Alguien ha tenido el valor de cuestionar estos disparates que son en el fondo el origen del 80% de informalidad laboral? Nadie. Las taras mentales que hicieron posible toda esa funesta ruma de cargas laborales que arrastran las empresas no ha sido combatida. Todavía mucha gente ve a las empresas como beneficencias públicas que deben hacer labor social y, en el colmo de la imbecilidad, las critican por pensar en el lucro.

Nadie ha tratado siquiera de desmontar ese ridículo castillo de "derechos laborales" inventados por políticos demagogos e irresponsables, como Alan García, que no tienen ningún empacho en hacer sus obras de bien social cargándole a las empresas el costo de su emoción y benevolencia. Tan ridículo es el sistema laboral que ni el Estado cumple con ella y se tienen que crear regímenes de excepción a cada rato para que la economía pueda funcionar con algo de formalidad. Mientras tanto seguimos engañándonos con absurdos "derechos laborales" que solo un porcentaje mínimo tiene.

Se necesita una revolución, no sé si una dictadura, para transformar este ridículo esquema y arrojar al tacho cargas laborales como la CTS que no tienen razón de ser. Al trabajador deben pagarle un buen sueldo y dejar que el resto sea asunto suyo. Es el trabajador quien debe decidir si contrata un seguro o más, de qué clases, dónde los contrata y por cuánto. ¿Por qué se les impone el desastre de ESSALUD? Ya verá también si aporta o no aporta a su jubilación y en qué sistema lo hace. No podemos permitir que el Estado, o sea, los burócratas iluminados, tomen las decisiones por nosotros. Los derechos del trabajador son a un trato digno, a un ambiente cómodo y saludable, y a un seguro de riesgo si es que la naturaleza de la labor lo amerita. En todo lo demás debe regir la más absoluta libertad tanto para el trabajador como para la empresa. Ya es hora de borrar del mapa esa aberración conceptual de la "estabilidad laboral". 

Hace años que las cosas van mal en el campo laboral. Las cifras así lo demuestran. Pero mientras no hagamos nada por cambiar de mentalidad dejando de aferrarnos a derechos ficticios convertidos en íconos sagrados no podremos superar este profundo bache en que vivimos. Las taras mentales tienen al Perú viviendo como un perro que da vueltas tratando de morderse la cola. Los políticos mediocres que tenemos solo piensan en votos y el progresismo solo fuma el opio de la ideología fracasada. No sé si solo nos queda esperar la próxima dictadura que nos saque de este hoyo.

martes, 16 de diciembre de 2014

¿El diablo vendiendo cruces?


Escrito por: El Hdp
  • Esa Yeni Vilcapoma tiene mas huevos que todos los calzonudos que ahora la critican por haber denunciado al "intermediario" Ministro de Justicia, Daniel Figallo. No nos hagamos webones pues, era tan obvio el descarado interes de Figallo por hacer del profugo Martin Belaunde Lossio un colaborador eficaz. No faltan los opinologos y periodistas que esbozan teorias esforzadas de si dijo lo que se presume dijo o no dijo, porque al final dizque ni dijo lo que dicen que dijo y rematan diciendo que es una falta politica. Tampoco es cojudo el caviaron de Figallo para decirlo con sus cuatro letras pues. ¿Acaso esperaban que dijera que Ollanta queria a Martin de colaborador eficaz"? Parece que Vazquez Kunze si, eh? What a fuck?
  • Urresti jura que Burga no fue por la reeleccion como jefe maximo de la FPF porque el se lo impidio. Otro cachaco que quemo! Al menos solto por un rato a Vilcatoma, que poco falto para que la lllame figureti. Patricia Juarez electa Teniente Alcaldesa dice que Villaran sabotea la tranferencia de la alcaldia de Lima pues se niega a entregar documentacion. Tienen que borrar las huellas de sus cochinadas pues, ni cojudos que fueran. Se cuenta que estan licitando -a ultima hora-  a dedo y destajo consultorias, investigaciones y cuanta vaina que les reporte gasto. Sera que Alvarito (hermano se la alcaldesa) tambien chapa su porcentaje alli como en EMMSA? No way!
  • La izmierda, los caviares y sus maquinaria mediatica otras veces locuacez y raudos a juzgar y condenar, hoy no dicen ni pio sobre los escandalos que involucran a "Los Injertos de Palacio". Los colectivos de chiquiviejos que maneja la izquierda proterrorista tampoco a lavado banderas. La bipolar de Patricia del Rio es una de la pocas que planea protestar por una Ley Laboral para jovenes, que ni le va ni le viene, busca marquetearse. Vigencia flaca, vigencia. Ronald Gamarra es de los pocos caviarMarxistas que se va desmarcando, pero por conveniencia y estrategia. Ultimamente Rosa Maria Palacios se da baños de pureza del diario, ¿Sera porque por alli quieren resucitar el caso Petroaudios y su esposo fue citado en la primera fase? How about a that?
  • ¿O sea que Peru alimento y acomodo en carisimos hoteles a una bola de inutiles que al final no se pudieron poner de acuerdo en nada de lo que dizque defienden? Esa gente de la COP2014 se merece una tomatina marca Buñol. Para colmo de males, esa plaga que sigue a estos eventos cual nube negra, hablo de Greenpeace, casi destruye el colibri de la pampa de Nazca. Nuestra Ministra de Cultura, que es un cero a la izquierda, casi imploraba que se disculpen. Que cagada! El cuento del Cambio Climatico es un negocio que mueve billones de dolares en el mundo y encima llegan a paises como el nuestro a comer y chupar gratis? Fuera carajo! Climate change your ass!  

Un fracaso progresista


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

A pesar de los disforzados gestos del ministro Manuel Pulgar Vidal para convencernos de que la COP20 fue un éxito liderado por el Perú, lo cierto es que fue un fracaso. A última hora tuvieron que prolongar la convención para llegar al menos a acuerdos mínimos, de lo más etéreos, y que solo expresan buena voluntad de continuar dialogando. En resumen, podemos decir que la COP20 fue la convención de chiflados climáticos más grande y costosa del planeta que sirvió solo para el floro y lucimiento de algunas personalidades del progresismo mundial.

Paralelamente, como una feria de ambulantes rodeando el evento, se desarrollaron otras cumbres climáticas que aportaron su cuota de bulla y color, exhibiendo especímenes exóticos del radicalismo mundial, como Evo Morales y el ex terrorista Gustavo Petro, alabado por Susana Villarán. Desfilaron delegaciones de parásitos ambientalistas que marcharon desde México y Cajamarca luciendo carteles que pedían cosas ignotas como "justicia climática", pero también viejas consignas del progresismo como "cambiemos el sistema, no el clima", moderno lema del ecocomunismo que ha cambiado las banderas rojas por las verdes, ocultando la hoz y el martillo por un dibujo infantil que luce un sol radiante, una montaña y un árbol feliz. Es la nueva estrategia para ganar ingenuos infantes.

Tras el grito "salvemos el planeta" una plaga de zombies asaltó las calles amenazando comerle el cerebro al capitalismo, acusándolo de todos los males que aquejan al mundo, desde la pobreza hasta los huracanes. Evo Morales repitió por enésima vez su discurso anticapitalista. La cereza de este pastel climático la pusieron los vagos de Greenpeace, pisoteando las líneas de Nazca y dejando en claro ante todo el mundo la clase de idiotas que son los cruzados del ambientalismo. Y no faltaron los progres que defendieron tamaña estupidez alegando que los geoglifos ya estaban bastante dañados y abandonados por le Estado neoliberal.

Al final de la fiesta climática solo quedaron platos sucios y una enorme cuenta que pagar. Cerca de 70 millones de dólares del tesoro público despilfarrados, a los que deberemos sumar los 6 millones que Ollanta Humala ha ofrecido para la Teletón ambientalista que espera recaudar US$ 100 mil millones, destinados básicamente a seguir fomentando más circos climáticos, continuar con la prédica del alarmismo ambiental, desarrollando la guerra mental del catastrofismo planetario, la desaparición del agua y los hielos, y el hundimiento de las costas y las islas. El apocalipsis climático es la nueva religión del progresismo mundial y cuenta con grandes seguidores convencidos.

Provocar miedo al futuro es una vieja estrategia de manipulación mental. Lo descubrieron los predicadores de las religiones más antiguas y hoy lo utilizan hasta los mercachifles que venden panaceas para la prevención. ¿Por qué no lo iba a utilizar el progresismo? La idea se vende sola. Y más si es entusiastamente apoyada hasta por el cine de Hollywood. "Save the planet" ha reemplazado los stickers de "Dios te ama" en los autos. Incluso han echado mano de la ciencia. 

No es la primera vez que el progresismo manipula la ciencia y vende sus teorías como científicas. Lo han hecho siempre. En el siglo pasado los seguidores del marxismo no solo pasaban por más cultos e inteligentes sino por científicos, pues aseguraban que el marxismo era una ciencia. Los científicos sociales del marxismo se paseaban por los claustros anunciando el fin del capitalismo debido a sus contradicciones internas y la llegada inevitable del nuevo orden mundial basada en el comunismo. Era lo que la ciencia marxista pronosticaba. Pero la realidad nos confirmó que no era más que basura en la mente de fanáticos alienados. Hoy la historia se repite con otro guión. Dejando al margen la delirante teoría del fin del mundo climático, basta ver a los chiflados. Son los mismos de ayer y nos ofrecen lo mismo: un nuevo orden mundial.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

POR UNA DERECHA POPULAR



Escrito por: Elvis Occ


En esta selva nuestra llamada politica peruana el peligro acecha a cada paso, cualquier desconocida alimaña ponzoñoza de cuello y corbata o algun otorongo desbocado te puede dejar malherido o con un jadeo mortal. De un lado tenemos a la izquierda, un pantano anegado de bichos rojos parasitarios y criaturas que harian las delicias de Charles Darwin por su aislamiento. Lo poco que podria discurrir en esos pantanales ideologicos, va perdiendo oxigeno pues hasta contienen deslaves anacronicos y dogmaticos que en lugar de dar vida o renovar infunden todo lo contrario. Nada nuevo pero empeorado porque para completar el rastrero ecosistema hay una pandemia de ONGes, que ni matando las vacas locas y rojas.


La derecha -lo que se cree tal- es mucho peor aun. Es una coleccion de especimenes que Noe hubiera puesto en la lista de los que se merecen el diluvio. Partidos que amen de estar minados por las pustulas del enriquecimiento propio a costa de lo que sea tambien se embarran de corrupcion si la ocasion lo requiere. Enconchabados como estan con la derecha fenicia, solo saben compartir el lobby con los mayordomos electos en provincia  que dizque son congresistas. Cansinos, arrogantes y anacronicos pero corneando lo que se mueva para evitar sorpresas, asi medran el poder politico. Asi eternizan su servil cosmovision estos meninos de la politica local.


No hay partidos de derecha en Peru y si los hay temen aceptarlo y si lo aceptaran ya nadie les creeria. No es posible tomarlos en serio. Tantas veces lo han negado. Tantas veces han cedido a pretensiones muy cuestionables. Tantas veces se han encamado con el contrario. Tantas veces han abortado entuertos politicos. Tantas y tantas veces, han sido tantas las veces que nos han decepcionado que se hace necesario un nuevo movimiento de derecha, uno popular y acholado. El recambio generacional en politica es impostergable, vital y obligatorio, cuando mas en el lado de la derecha o lo que deambula de ella. Si quieren tener la posibilidad de salvar lo hasta hoy obtenido vale mas que pongan las barbas en remojo o el 2016 sera el comienzo del fin, si no que ya.

www.elvisocc.org

martes, 9 de diciembre de 2014

El gobierno de la gran corrupción


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Si el gobierno de Ollanta Humala todavía sigue en pie es porque el Perú ya se ha adaptado al hedor de la corrupción en el poder a toda escala durante los últimos diez años. Parece una cosa natural en la política peruana desde que los partidos fueron reemplazados por simples aventureros y trepadores de baja estofa, solventados por la billetera de mafiosos que los rodean como asesores durante las campañas. Esa es la génesis de las mafias que luego acaban operando en el Estado bajo la venia y complicidad del gobernante que los mantiene en su entorno íntimo.

La cruda realidad es que la corrupción política ha crecido en el Perú al punto de convertirse en el principal peligro para el Estado de derecho. Hoy ya no tenemos el terrorismo ni la inflación como amenazas. En su lugar está la corrupción, tanto en el gobierno central como en las regiones y municipios. Pero la corrupción no viene sola. Junto a la corrupción está el otro problema no menos grave que es la absoluta miseria intelectual del gobernante. Es la gente más bestia que jamás se haya visto ni imaginado en la gestión pública. La pobreza de su discurso así como sus modales los delatan. No tienen ideas y se limitan a los tradicionales clichés sobre la pobreza, la desigualdad y el antifujimorismo. Tampoco tienen reparo en insultar al adversario. Alardean de su poder pavoneándose en un estrado.

Mientras que el gobierno se hunde en la miasma de la corrupción con el escándalo de su operador político Martín Belaúnde Lossio y toda una gran red de mafiosos conectados con Ollanta Humala y Nadine Heredia, a lo único que atinan es a insultar al fujimorismo y al aprismo como si eso los hiciera santos. Ya es penoso y hasta ridículo escuchar al humalismo invocando a los años 90 cada vez que quieren zafar el cuerpo o restar autoridad al fujimorismo para investigarlos. Es una treta tan infantil que solo la desesperación puede justificarlo, para no mencionar otras limitaciones.

Hay una gran diferencia entre la corrupción que vimos a fines de los 90 y la que se ventila en estos días. Durante los últimos años del fujimorismo la corrupción era de índole política. Se compraban medios, periodistas y congresistas para mantener y controlar el poder. Lo que vemos hoy, en cambio, es una corrupción de carterista, de vulgar ladrón que solo busca medrar en el poder para llenarse los bolsillos. Es un gobierno que le abre las puertas del Estado a una plaga de ratas que corretean por todos los espacios devorando lo que encuentran a su paso. Los gobiernos comparten el poder con asesores y amigos palaciegos que más tarde aparecerán justificando los sueldos de la primera dama y las cuentas del presidente. Si es que ya no tienen los cajones de la cómoda repletos de dólares, como acabamos de ver en Chiclayo. Y eso no sería nada raro.

La corrupción y la incapacidad que hoy nos golpea desde el poder no tienen ningún parangón en toda la historia de la política nacional. Ministros como Cateriano, Figallo y Ana Jara no pasan de ser más que meros cortesanos del poder, o Daniel Urresti, mezcla de payaso y matón de barrio cuyo trabajo es entretener al público con sus acrobacias retóricas, no han hecho más que llevarnos de caída en todos los sectores. La inversión minera se ha paralizado hace dos años, una gran empresa minera acaba de dejar el país, ya no hay exploración petrolera, el crecimiento está detenido mientras nos siguen meciendo con el estúpido rollo de la inclusión social y el aumento del presupuesto cuando ni siquiera saben gastar. Ahora ya no se puede dar seguridad ni a los partidos de la final de fútbol y Urresti está invocando una serie de ridículos argumentos para justificarse. En realidad está faltando a sus funciones y ya deberían denunciarlo.

Ningún gobierno puede evitar que durante su gestión aparezcan avivatos haciendo negocios por lo bajo y que en algún nivel de la administración pública surjan escándalos de corrupción, pero de allí a que la misma pareja presidencial y su entorno más íntimo sean los implicados ya es otra cosa. Decir que fueron amigos pero que ahora no lo conocen es ridículo. Nos quieren contar el cuento de que Martín Belaunde, López Meneses, Rivera Ydrogo y otros mafiosos, los apoyaron durante dos campañas electorales donando hartas sumas de dinero y que, luego de llegar al poder, se fueron calladitos y dejaron de verse. Sin embargo, existen reportes de visitas a Palacio y al Congreso, así como diversos testimonios que desacreditan la versión oficial de Ollanta y Nadine. 

Por mucho menos de lo que ya hemos visto acá han rodado cabezas de gobernantes en otros países como Italia o Japón. Si esta parejita se sostiene es porque, como ya dije, la población se ha acostumbrado al hedor y porque el sector del progresismo y la caviarada andan mirando al cielo. Los indignados que antes salían a lavar banderas, hacer vigilias, marchitas contra el fujimorismo y a arrojar basura en la casa de Matha Chávez, entre otras exhibiciones de histeria activista progre, hoy se hacen los dementes, andan más ocupados fumando el opio del ambientalismo climático. No nos debe extrañar. La doble moral del progresismo es parte de la debacle nacional y de la decadencia política. 

Pero no dejemos que los trepadores y saltimbanquis se salgan con la suya. Ahora que Susana Villarán por fin deja sus funciones después de perder tres años en campaña (la presidencial, la revocatoria y la municipal) y dejjar Lima en la miseria, no sería mala idea que Ollanta adelantara las elecciones para evitarle al país todo un año y medio de inestabilidad y desgobierno. El deterioro de la imagen presidencial puede resultar muy peligroso pues el descontento irá en aumento. Que se vayan de una vez por las buenas.

¿INFIDENCIA O INMOLACION?


Escrito por: Elvis Occ

Inmolación quizás sea el más desesperado y extremo acto de protesta de un espíritu romántico atacado por una suerte de demencia pasajera. Historias abundan al respecto pero quizás la imagen más moderna y perecedera sea la foto tomada por el periodista David Halberstam en 1963 y que se observa arriba. Este monje vietnamita al ver que su posición e influencia no eran suficientes para salvaguardar a sus seguidores del gobierno de ese entonces, resolvió prenderse fuego e inmolarse. Después de eso, nada fue igual en Vietnam. Otros monjes se inmolaron y al poco tiempo se originaria un golpe de estado que termino con el arresto y ejecución del entonces presidente Ngo Dihm Diem.

Cuando la ex Procuradora Yeni Vilcapoma denuncio la grosera intromisión del Ministro Daniel Figallo en el caso La Centralita, se inmolo. Se prendió fuego, se quemó. Tanto así que fue cesada del cargo. De un lado están los que condenan el hecho que Vilcapoma haya grabado una conversación con Figallo y del otro lado los que celebran sus agallas para hacerlo. No seamos ingenuos, hubiera sido la palabra de una subordinada contra el Ministro, grabar la conversacion era necesaria. Hoy se confirma una vez mas el interés del gobierno de turno por hacer del prófugo Martin Belaunde Lossio un colaborador eficaz y el audio término siendo bala de plata contra la escasa indignación general. ¡Por fin!
Hace mucho tiempo que los peruanos tenemos esta distorsionada imagen del funcionario público, como un autómata desconectado del resto de la humanidad local que solo sigue ordenes de rodillas, sentado o parado, así estas sean discutibles. Hay muchos buenos funcionarios como Yeni Vilcatoma que nos ilusiona saber estan allí, haciendo la diferencia, aunque a veces les cueste el puesto. Después de esto nada será igual en Peru, quizás otros más se animen a denunciar a sus intocables e incuestionables jefes, cuando sus acciones estén reñidos con la honestidad y la honradez claro esta.  No creo que se venga un golpe de estado con arrestos y ejecuciones como en la Vietnam de 1963, pero de que rodaran cabezas de aquí al 2016, rodaran.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

La amenaza progresista


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

El progresismo puso el grito en el cielo esta semana al ver este encarte de Saga Falabella y armó la de San Quintín en las redes. Medios progres y caviares como utero.pe y Dedomedio, respectivamente, se encargaron del bullying mediático a través de "sesudos" artículos de ignotos escribas que criticaron la falta de conciencia social de la empresa, ponderaron las bondades de la ética profesional que el publicista había dejado de lado, y mencionaron algo curioso que llaman "responsabilidad social de la empresa", una especie de cupo, sacrificio o penalidad que la empresa debe cumplir por el pecado de existir, según entiendo. O sea que no basta que una empresa resuelva necesidades de la sociedad, que ofrezca empleos, genere riquezas (a veces también conocimientos y tecnología) y pague impuestos. No. Una empresa sigue cargando con una especie de "pecado original" por existir y debe "devolverle a la comunidad" algo que no sé qué es, francamente. A veces la ética progre me resulta inaccesible.

En concreto han acusado a Saga de racista por mostrar un grupo de niñas blanquiñosas que, según el elevado sentir del progresismo, no representan la identidad nacional ni muestra la diversidad étnica de nuestro país. ¿Desde cuándo un encarte publicitario debe "representar la identidad nacional"? ¿Hace falta mostrar la diversidad étnica en un encarte publicitario como si se tratara de un tratado de antropología? Parece que volvimos a las épocas de Velasco. Y tal cual, una multitud de voces progres indignadas han invocado la intervención del Estado, particularmente del Ministerio de Cultura, su buque insignia, para que intervenga y ponga orden. Es el mismísimo velasquismo redivivo con sus poses de nacionalismo chauvinista y xenofobia rabiosa, especialmente antichilenismo y antinorteamericanismo, tan pero tan cercano al racismo que tanto critican. Solo falta que veten el árbol de Navidad por no representar la rica y diversa flora de nuestro territorio.

No creo que el encarte sea racista por mostrar niñas blancas ni deje de serlo por mostrar niñas negras o indígenas. Eso es francamente estúpido. Cuanto más se le puede acusar de discriminación, pero es algo propio de la publicidad. Ese es su trabajo. Se discrimina todo el tiempo para atinarle al gusto del público objetivo, y por eso se muestran por lo general chicas delgadas de buen cuerpo y sonrisa fácil que posen bien un vestido, por ejemplo. ¿A alguien no le gustan las niñas del encarte? Estoy seguro que incluso a los progres quejosos les encantan esas niñas. Lo que molesta su elevada sensibilidad es que sean niñas blancas no representativas de la identidad nacional. Pero, señores progres, ese no es el objetivo del encarte. Como tampoco lo es el de las muñecas Barbie, que siguen siendo rubias de ojos azules, aunque las vistan con toda clase de indumentarias nacionalistas. 

Puede que resulte más atinado mostrar un grupo mejor matizado de niñas, es cierto. Pero eso es entera libertad de la empresa, no es asunto mio. Lo único que yo, como ciudadano con "conciencia social", con ética progresista y capacidad de indignación nacionalista puedo hacer, es no comprar en esa empresa. Punto. Se acabó el asunto. Allí muere el payaso. También puedo escribir un artículo indignado, es cierto, mostrando mi desagrado con la publicidad de una empresa. lo cual sería tonto porque a nadie le interesa, y eso sí sería todo. Pero de allí a armar el bullying a la empresa y al publicista, organizar mítines, plantones, marchas, cruzadas de indignados es ya delirante. Pero lo realmente peligroso es pedir que el Estado empiece a regular la publicidad y las imágenes para resguardad la identidad nacional y la conciencia social, sea lo que sea eso. Algo así ya rebasa toda forma de cordura y llega a la estupidez, lo que es tan típico en el progresismo. Ya lo vivimos con el velasquismo y lo vemos ahora en el mundo del chavismo continental.

Todo progresista invoca siempre al Estado para que intervenga y ordene el mundo según el elevado criterio de la ética progre. Así poco a poco nos convertimos en esclavos de una burocracia iluminada que, desde el Ministerio de Cultura o alguna otra aberración semejante, nos dicta los cánones de una sociedad perfecta, donde los valores son defendidos escrupulosamente, castigando toda forma de desviación. Es la Santa Inquisición del progresismo, celosa vigilante de la ética social que cautela los intereses de la nación, la identidad nacional, la cultura, que defiende los derechos, los animales, la naturaleza, el ambiente y la madre Tierra. Es un Estado repleto de ministerios en los que un ejército de sociólogos y antropólogos diseñan un mundo nuevo, donde queden eliminadas "las viejas taras que la sociedad arrastra desde la Colonia y que han perpetuado inconscientemente los mecanismos de la dominación". Ese es el sueño progresista al que todo liberal debe oponerse. Siempre preferiremos la libertad, con toda su simplicidad y sencillez.


martes, 2 de diciembre de 2014

Un clima de locos


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Lima ha sido invadida por diez mil zombies representantes de 196 países que asisten a la convención de chiflados más grande del mundo llamada COP20. Se reúnen hace 20 años para salvar al planeta pero todo lo que tienen hasta ahora es un borrador de acuerdo que tal vez se firme el próximo año, cuando vuelvan a reunirse en París. En este transcurso ya han gastado más de 2 mil millones de dólares. La fiestecita de Lima nos costará US$ 50 millones del bolsillo de todos los peruanos (el resto lo pondrá la ONU). Mientras tanto la ciudad se ha quedado desguarnecida porque todo el contingente policial ha sido destinado incomprensiblemente a cuidar ese circo de charlatanes climáticos.

¿Y usted se ha tragado los cuentos del clima que propalan por altavoces los mercachifles del progresismo mundial? Es posible que así sea, pues se trata de un psicosocial muy bien montado. Pero hay una serie de hechos que pueden o deberían llevarlo a desconfiar de todo este circo. En primer lugar es su popularidad. Cualquier cosa que sea adoptado por las masas con tanto vigor tiene que ser una completa estupidez. Esta pista no falla. Si usted ve a medio millón de vagos marchando por las calles en "lucha contra el calentamiento global" usted debería quedar convencido de que esa es una causa idiota. Las masas nunca han seguido una causa inteligente porque son incapaces de entenderla. Todo lo que entienden de este psicosocial del clima es que se acerca el fin del mundo, lo cual es una vieja treta utilizada varias veces en la historia de la humanidad por los más grandes manipuladores.

La otra pista es que los políticos la han asumido como causa. Si hay un interés político de por medio entonces hay una mentira encubierta en el discurso. Esto es una ley. La política está llena de causas lindas, justas y nobles que mueven mucho dinero, pero es dinero usado para hablar de la causa, organizar foros, congresos, pagar estudios, publicaciones, organizar equipos y generar entidades repletas de burócratas encargados de luchar contra el flagelo mundial a través del discurso. Lo que llega finalmente a la causa es una gota, si es que llega. ¿Alguien tiene una idea de la cantidad de miles de millones de dólares que se han gastado en la causa de la "ayuda a la pobreza" desde que la ONU fue creada? Y la pobreza sigue allí. Para lo único que sirven las causas lindas, justas y nobles es para que los políticos hagan su carrera. Especialmente los de izquierda.

Para engañar mejor, esta vez han involucrado a la ciencia. Tienen un comité científico mantenido por la ONU que se dedica a solventar el catastrofismo climático, y obviamente lo harán pues para eso les pagan. Han reemplazado a los chiflados bíblicos que anunciaban el fin del mundo. Son los que elaboran los pronósticos castastróficos acerca de los hielos que se derretirán, las ciudades que se inundarán, el clima que enloquecerá, etc. Y cada evento catastrófico que ocurre con el clima es mostrado como una "prueba" de la veracidad de sus pronósticos. Pero todo eso es solo histeria. El comité acaba de presentar su último informe afirmando que hay un 95% de consenso en que el cambio climático se debe a la acción humana. Eso es exagerando. En realidad las opiniones están mucho más divididas, aunque abundan los que están a favor de esta idea, pero no por razones científicas sino políticas.

El planeta Tierra tiene una antigüedad de 4,500 millones de años. Si uno quisiera evaluar el comportamiento de su clima atmosférico obviamente tendría que estudiar unos cuantos miles de años. O digamos mil, por lo menos. Pero no tenemos estos datos. Sin embargo sabemos que el clima ha sufrido variaciones dramáticas debido a múltiples causas. No es posible establecer una regularidad que permita alguna predicción razonable. Pese a ello, nuestros chiflados del cambio climático han tomado la variación de la temperatura de los últimos cien años y les parece suficiente para hacer estimaciones catastróficas para los siguientes cien años, peor aun: culpando al ser humano de estas variaciones. 

La temperatura mundial empezó a subir a fines del siglo XIX, mucho antes de que se iniciara la era del petroleo y el gas como fuentes de energía. Asumir que la combustión del carbón medio siglo antes fue suficiente para aumentar la temperatura global es delirante. Para colmo, justo cuando los chiflados climáticos iniciaron sus aquelarres, la temperatura mundial dejó de subir. Hace 20 años que es estable. Esto solo prueba que el clima mundial no depende de la actividad humana, como es obvio. Pero no tenemos suficiente data para afirmar nada con certeza ni conocemos todos los aspectos del clima con precisión, por lo que la mayor parte de las afirmaciones acaban siendo estimaciones cualitativas.

La llamada "ciencia climática" no es una ciencia exacta y no está en condiciones de hacer predicciones. La dinámica atmosférica es esencialmente caótica y azarosa, existen muchos factores activos con incidencia variable, incluyendo la imprevisible actividad solar. Algunos efectos aparecen mucho tiempo después en circunstancias aleatorias. Hacer pronósticos de largo plazo bajo estas condiciones es francamente ridículo. Los modelos computacionales no son perfectos, las variables se ajustan a voluntad y mucha data faltante tiene que ser estimada. El sesgo que tienen los científicos de la IPCC para seguir sosteniendo la histeria climática es muy grande. Después de todo son empleados de unos políticos interesados en una agenda y con una chequera muy gorda y muy poca responsabilidad.

Dentro de toda esta histeria por el clima se dicen cosas interesantes. Nadie puede oponerse a los esfuerzos por un uso más eficiente de la energía, por la conservación de los bosques y otras medidas muy atinadas. Pero nada de eso pasa por el delirio de reducir las emisiones de CO2 combatiendo nada menos que el desarrollo y frenando el desarrrollo de los más pobres, metas que son el mantra del progresismo mundial que vuelve a hablar de un "nuevo orden  mundial", de un "cambio de sistema", de luchar contra el consumismo y las industrias contaminantes, detener las actividades extractivas, etc. Han acuñado lemas curiosos como "justicia climática" mezclando la lucha contra el calentamiento con la lucha a favor de los más pobres. Es decir, esto ya es un sancochado progre indigerible.

La meta de estos chiflados es conseguir un fondo de US$ 100,000 millones para su lucha climática. Y es posible que lo consigan. Esto quiere decir que tendremos que soportarlos por bastante tiempo más. En un país donde el lago Titicaca se pudre en excremento, las ciudades principales no tienen plantas de tratamiento de aguas servidas y la basura se sigue arrojando a los ríos y despeñaderos, es francamente ridículo recibir a una manga de chiflados preocupados por el fin del mundo debido a emisiones de CO2. Tenemos muchísimo por hacer en materia ambiental, empezando por recoger la basura y aprender a reciclarla. No hemos hecho aun nada para embarcarnos en campañas absurdas como las que ocupan hoy a los creyentes del calentamiento global, políticos y artistas poseros de causas lindas, y las 50 ONGs ambientalistas que han corrido al pentagonito para ver si les cae algo.