martes, 13 de octubre de 2015

Pobretología avanzada


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La cumbre del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que se desarrolló en Lima, en el lujoso y multimillonario Centro de Convenciones construido en tiempo récord en San Borja, para variar, nos trajo la visita de connotados líderes del progresismo internacional, entre ganadores del Oscar y el Nobel. El único que faltó fue el papa Francisco para coronar una fiesta dominada por los discursos más melosos y dramáticos de probretología avanzada. Nunca se había hablado tanto de la pobreza en un ambiente tan lujoso y en medio de tanto derroche de opulencia. Y, por supuesto, los selfies estuvieron a la orden. Aunque no había un solo pobre alrededor para posar a su lado.

Entre los beneficios que nos ha generado esta cumbre mundial podemos contar que el Perú estuvo en la mira de todo el mundo, por algo es mundial ¿no? Pero sobre todo en la mira del progresismo internacional. Gracias a ellos nos enteramos de que el milagro peruano es puro cuento, que no hay tal milagro porque siguen habiendo pobres y la desigualdad está a la vista por todos lados. Con eso se han llenado la boca durante una semana todos los progres.  Para ellos no importa si logramos reducir la pobreza en un 26% en los últimos 25 años. Mientras haya un solo pobre todo será visto como un fracaso. Y los progres son especialistas en mirar la pobreza y calcular la desigualdad para gritar a los 4 vientos que la brecha entre ricos y pobres se ha ampliado. En buena cuenta, lo que hacen los progres es inventar problemas. Evitan hablar de las cosas que dan buenos resultados sociales y se enfocan en aquello que les conviene a ellos. Por eso inventan conceptos, cifras y mediciones que se convierten en el mantra del progresismo.

Gracias a una foto de la BBC nuestros progres miraflorinos y caviares de café se han enterado de que en Lima los cerros tienen muros para contener las invasiones, y han puesto el grito en el cielo. La foto de marras ha dado vueltas por las redes con indignados comentarios exigiendo justicia social. Ilustres opinólogos han mojado el teclado con sus lágrimas mientras escribían sus columnas denunciando las diferencias sociales que aun separan a los ricos de los pobres. Para colmo, otro titular de la misma BBC informaba que los pobres pagan más por el agua que los ricos, con lo cual por poco desatan una ola de suicidios colectivos en el progresismo. Decirles que eso es lógico si se suben a la punta del cerro acaba en un insulto por insensible y discriminador, seguido de un bloqueo. 

Ahora que acabó el circo del progresismo mundial deberíamos ponernos a pensar qué hacer con el tremendo Centro de Convenciones, construido al lado del imponente edificio del Banco de la Nación, la torre más alta del país. No se podía esperar algo distinto de un gobierno inspirado en el velascato, un régimen que se especializó por las megaconstrucciones de concreto destinadas a dar cabida a la creciente burocracia estatal. Tenemos allí mismo graficada la escena porque junto a la estrafalaria torre del Banco de la Nación está la mole gris que fue el Ministerio de Alimentación, convertido hoy en Ministerio de Cultura. Mientras el Estado crece y derrocha plata en estas edificaciones donde se regocijan los burócratas, los hospitales languidecen en el abandono, con los ambientes de Emergencia colapsados y las ratas paseándose por los pasillos y las camas. Pero eso a quién le importa. Solo basta con un buen discurso a favor de los pobres y una foto con el uniforme de luchador social.

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