domingo, 31 de julio de 2016

El cyberbullying de los indiralovers


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Parece que soy famoso. Hoy el progresismo me elevó al estrellato. En la tarde abrí mi cuenta de Twitter y encontré miles de mensajes atrevidos donde me llamaban desde miserable hasta hijo de puta, pasando por fujimorista, que desde luego, era también un insulto. ¿Cuál era el motivo del cyberbulling progre? Pues un tuit que lancé haciendo referencia a un mensaje de Indira Huilca. Este mensaje decía "Cipriani hace apología de la violencia en un país de violadores". ¿Cómo se puede decir tanta boludez? ¿En serio esta chica cree que Cipriani hace apología de la violencia? ¿O es que tiene el cerebro de un gato para razonar? ¿Y qué es eso de tachar al país como un país de violadores? Me parece un exceso de estupidez, francamente. Así que ni corto ni perezoso repliqué con un tuit en el estilo jodón que uso en el Twitter con el mensaje "¿Y a esta quién la violó?".

Horas después la indignación progresista fue creciendo como una marea roja. No sospeché que había tantos indiralovers que ya habían elevado a la chica Indira Huilca al altar del progresismo, haciéndola nueva santa patrona intocable de la progresía. Por supuesto no perdí tiempo en leer la cantidad de basura impregnada de llanto progre que había en mi TL. Incluso algunos amigos me llamaron y me enviaron mensajes preocupados, advirtiéndome de lo que ocurría en las redes, adjuntando imágenes de gente que ni siquiera conozco pero que dicen que son famosos y que decían pestes de mi. En fin, son gajes del oficio. Me tienen sin cuidado. No es la primera vez que la progrería me trolea. Ya sé cómo actúan: te buscan en la web y empiezan a publicar tus perfiles con toda clase de insultos y bajezas. Eso los excita. Pero, como dije, me tiene sin cuidado. No tengo vinculación con ninguna universidad ni empresa ni partido, no tengo patrones, no le debo nada a nadie, gozo de perfecta salud, llevo una vida ordenada, duermo bien y tengo excelentes sueños. Me divierte fastidiar a los rojos, eso si. Así que todo lo que haga la piara de progresistas me resbala. Solo cabe decir algunas precisiones sobre el tema.

A partir de los mensajes queda claro que los progres se sienten intocables. Solo ellos tienen la libertad de burlarse de alguien, de insultar, ofender, difamar y trolear a quien les da la gana, desde Keiko y Cipriani hasta cualquier tuitero insignificante, incluyendo colectivos enteros como el fujimorismo o la Iglesia. La matonería de la izquierda evidencia no solo sus ínfulas sino su enferma perversidad para hacer campañas y política en general. Recordemos que ellos tienen la violencia en la mente en forma de ideología de la bondad, tienen el ADN de la violencia política y del terrorismo. Su actuación en las redes y en las calles es la clásica muestra del totalitarismo. Ellos no toleran ideas disidentes. Estás con ellos o contra la patria. Son lo que son y ya el mundo los conoce a través de la historia. No hace falta presentarlos. 

Por otro lado me resulta patético que hayan convertido a Indira Huilca en la portaestandarte de una "nueva izquierda". Su único "valor" es ser antifujimorista. Fuera de eso carece de relevancia intelectual. La adoctrinaron a temprana edad para convertirla en víctima del Estado fujimorista y hoy es una fanática progre del nivel más básico, como lo delatan sus expresiones y acciones. A cada rato dice tonterías. Flaco favor le hace a la causa de izquierda. Por todo esto resulta penoso que la eleven a los altares y la conviertan en "víctima" de un "agresor" del Twitter, cuando evidentemente solo me burlaba de sus expresiones ridículas. En realidad Indira Huilca refleja bien el nivel general de la izquierda. Lo dejo allí. Este tema no da para más.

sábado, 30 de julio de 2016

La yihad progre contra Cipriani


Empezó antes del medio día. Apareció en las redes un video de un minuto y se fue difundiendo como una mancha de aceite sobre el mar. Los comentarios también crecían en indignación y severidad contra el cardenal y arzobispo de Lima Juan Luis Cipriani. Era un extracto de su programa sabatino por RPP en el que se le escuchaba decir "... las estadísticas nos dicen que hay abortos de niñas, pero no es porque hayan abusado de las niñas, son muchas veces porque la mujer se pone como en un escaparate provocando". Esta infortunada frase luego aparecería plasmada en memes que los propios medios empezaron a regar por las redes. En una hora la indignación popular se encendió y empezó el linchamiento del cardenal a cargo, principalmente, del progresismo que tanto lo detesta.

Fue una batalla campal entre el progresismo y los sectores conservadores cercanos a la iglesia. Los que no estamos en ninguno de dichos sectores observábamos los excesos de cada lado, pero con la versión engañosa del meme y el video de un minuto como referencia. Si eso era lo que pensaba el cardenal, es decir, que las mujeres son las culpables por exhibirse, solo había expresado la idea que subyace en toda cultura dominada por una religión monoteista clásica desde los días de Abraham. De hecho es la idea que pulula en la mayoría de las mentes de la Lima cucufata y conservadora. Por eso mismo los policías ignoran las quejas de las mujeres y los jueces liberan a los patanes sin cargos. El hecho de que lo exprese el cardenal de una manera tan clara apenas sería una muestra de valor, en contraste con la tradicional hipocresía con que medio mundo oculta sus ideas anacrónicas. 

La defensa del cardenal no iba por buen camino. La gran mayoría dejaba de lado las expresiones citadas y se atrincheró en el contraataque de la doble moral progresista. Poca gente había oído el programa y defendía al cardenal exculpándolo de los cargos, lo que hasta en ese momento parecía la jugada más audaz y cínica. Se oyó nuevamente el refrito "se le ha sacado de contexto". Más tarde apareció un comunicado del Arzopbispado de Lima aclarando la posición del cardenal respecto de los temas en cuestión: nada justifica los ataques a una mujer y una invocación a los medios para que no usen el cuerpo de la mujer como carnada.

Ya al caer la tarde apareció el video del programa completo "Diálogos de fe" y pudimos oírlo en su totalidad, en la parte de la controvertida frase. En efecto, el cardenal explica la ideología de género y, luego de expresar su apoyo a las mujeres y al movimiento que pide respeto por ellas, invoca a las propias mujeres a que tengan respeto por si mismas y enseguida critica a los medios que utilizan a las mujeres "como una carnicería" para exponer sus cuerpos de una manera provocativa. También hace una invocación a los padres para que inculquen la moral a sus hijos. Básicamente eso es todo. Como se ve, ha sido una tormenta en un vaso de agua. 

No compartimos la moral religiosa. Creemos que la mujer debe ser tan libre como quiera de vestirse o posar como desee, incluso de trabajar empleando su imagen como un medio, sin que esto signifique una justificación para que los hombres puedan actuar de cualquier manera contra ellas, violentando su voluntad. No existe ninguna justificación y menos como una supuesta falta a la moral, para que una mujer sea agredida física o psicológicamente. Cualquier insinuación de que las mujeres al actuar con libertad provocan y, por tanto, cargan con la responsabilidad de la agresión, debe ser rechazada y condenada de plano. La mujer es libre, tan libre como el hombre, y tiene todo el derecho a ser respetada en su integridad, en su voluntad y en su personalidad. 

Comprendemos que el cardenal tiene una misión y una doctrina de fe con la que se dirige a sus seguidores. También respetamos que ello sea así, dentro de las libertades de culto. En el momento en que una doctrina moral religiosa colisione con los principios de una sociedad libre, seremos los primeros en salir en defensa de estas libertades, pero en las palabras expresadas por el cardenal en su programa no hallamos esta colisión. El cardenal es libre de criticar a los medios y de invocar a que se ajusten a la moral religiosa que predica. El cardenal es libre de comunicarse con sus fieles y guiarlos en los preceptos de su iglesia. Desde nuestro punto de vista no encontramos nada que reprochar.

En todo caso, es reprochable que los medios aliados con el progresismo, se lancen en una campaña muy sucia y tendenciosa en contra del cardenal Cipriani, a quien la izquierda detesta por muchas razones. Ha quedado en evidencia, una vez más, las malas artes con que se manejan estos medios. Si hay algo que rechazar en este día es el abuso y prepotencia del progresismo que hoy detenta el control de los medios. Tienen el poder para difamar y cambiar voluntades mediante psicosociales. Por fortuna hay espacios que ellos aun no controlan. Estos espacios de libertad seguirán confrontándolos porque no hay mayor peligro para la libertad que una sociedad controlada por el progresismo de pensamiento único.

viernes, 29 de julio de 2016

La oposición fujimorista


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Empiezan a atisbarse los oscuros nubarrones de la relación entre el ejecutivo y el legislativo. Para empezar, el fujimorismo se opone a la reducción del IGV con argumentos bastante infantiles como los expuestos por Cecilia Chacón: “No estamos de acuerdo porque creemos que ese 1% va a los bolsillos de los empresarios, no de la población. Hay otras maneras de formalizar al país”. Más que argumentos, estos son prejuicios.

En primer lugar, esta señora debería saber que por principio TODA reducción de impuestos es un beneficio para la población contribuyente porque, efectivamente, pagará menos. Y esto es algo que será muy fácil de percibir en las facturas del mundo formal y en especial en los recibos de los servicios públicos que nos llegan cada mes. Es ridículo decir que una reducción de impuestos no beneficia a la población. Si lo hace. Para empezar los servicios públicos costarán un poco menos. 

En segundo lugar, una reducción del IGV del 1% no es una medida destinada a formalizar nada. Tal vez una reducción más audaz como del 5% si podría ser algún incentivo para la formalización. Pero la tímida reducción del 1% difícilmente funcionaría como incentivo. Además hay otros aspectos a considerar en el tema de la formalización que van más allá del IGV.

En tercer lugar, una reducción del IGV siempre es un incentivo al mayor consumo porque, como todo el mundo sabe, a menor precio se compra más. Bastaría ver lo que ocurre con las ofertas del supermercado. El que quiere comprar un jabón de 5 soles termina comprando dos porque le regalan uno, y así cada jabón le sale a 4 soles. Es decir, en vez de gastar 5 soles en un jabón gastó 8 en tres. La reducción del IGV en el mundo formal es un aliciente al mayor consumo, y a mayor consumo, mayor recaudación. Pero claro que esta fórmula también funcionaría mejor con una mayor reducción del IGV. Por ejemplo de 5%.

Por último, a la Sra. Chacón se le sale lo progre cuando antepone sus prejuicos anti empresa. Debería saber que aun cuando esa plata se quede en el bolsillo de las empresas, esto siempre será mejor a que vaya a parar al Estado, donde solo pagamos una excesiva planilla que ya llega a 700 mil burócratas apiñados en 19 ministerios y varias docenas de viceministerios y otros organismos estatales que de muy poco sirven para el ciudadano corriente. Si les preocupa el déficit, como ha manifestado el señor Daniel Salavarrey, la solución no es aumentar impuestos sino reducir los gastos. Ya es hora de que empiecen con la reforma del Estado que tanto se anuncia hace 20 años y que nadie emprende. El Estado ya es una rémora que cuesta muy caro y no ofrece beneficios. Todas las obras importantes de infraestructura se hacen con préstamos, concesiones, peajes o a cambio de impuestos. La mayor parte del presupuesto que ya supera los 130 mil millones y sigue subiendo año tras año conforme crece el Estado, se va para pagar planillas y gastos corrientes de las frondosas oficinas del Estado. Ya basta de exprimir a los contribuyentes. Ahora que el fujimorismo está en el control del Congreso, a ver si dan el ejemplo y reducen el aparato burocrático del Congreso cuyo presupuesto se ha triplicado en los últimos diez años. 

Desde acá apoyamos la rebaja del IGV, alentamos a que lo sigan haciendo progresivamente hasta llegar a una tasa más racional del 15% y paralelamente iniciar ya la reforma del Estado reduciendo el número de ministerios y otras oficinas. Por supuesto, invocamos al fujimorismo a que depongan su oposición con esos argumentos netamente progres: pro estado y anti empresa.

jueves, 28 de julio de 2016

El inicio de la era PPK



Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Hoy se dio inicio a la era PPK. En su primer mensaje a la nación como presidente, Pedro Pablo  Kuczynski anunció sus intenciones para el Perú, de cara al 2021, leyendo una lista de aspiraciones y ambiciones que nadie puede objetar. Es obvio que todos ansiamos el desarrollo del país y dotarlo de servicios. Dentro de las generalidades tradicionales y normales de un discurso de este tipo, pudo precisar que hará el tren de cercanías de Lima, conectará por tierra Iquitos con el resto del país y bajará un punto el IGV. Pidió pararse a su ministro de economía y le dijo "tráguese ese punto", subrayando el estilo un poco campechano y bufón que lo caracteriza. 

No hay mucho más que analizar de su discurso. Felizmente no hubo desafortunadas sorpresas, como era de temer en las épocas de Ollanta Humala y Alan García. El discurso de PPK no trajo sorpresa alguna, solo buenas intenciones y reiteración de su ya conocido plan de gobierno. Hasta podríamos decir que es más de lo mismo, porque incluso dijo que los programas sociales heredados del gobierno nacionalista no solo continuarán sino que "no son suficientes". Tal vez piensa crear algunos más. No fue preciso en cuanto a qué reforma del Estado emprenderá ni qué metas concretas piensa alcanzar en este aspecto. En cuanto a los conflictos sociales repitió la estrategia de Ollanta: insistir en el diálogo. Es decir, la misma fórmula que tiene paralizados todos los proyectos mineros. No se escuchó nada novedoso ni sorprendente en cuanto a reformas. Por ratos hasta dio sueño. 

Aparte del mensaje, habría que comentar su juramentación, pues a diferencia de la payasada del 2011 cuando Ollanta Humala juró por "el espíritu de la Constitución de 1979", en esta ocasión PPK incluyó una alusión especial a la Iglesia Católica, en una repetición innecesaria del artículo 50 de la Constitución, que ya había jurado cumplir. ¿Qué significa esa alusión especial a la Iglesia Católica? ¿Seguiremos siendo casi una colonia del Vaticano y Palacio de Gobierno pasará a ser como un anexo del Episcopado? Porque en esta materia el Perú no ha dejado la Colonia. Festejamos la independencia de la corona española pero respecto de la Iglesia Católica todo siguió exactamente igual. El Estado laico es solo un sueño jamás cumplido. En buena cuenta, por ese lado no habrá ningún avance. Eso está claro. Lo que significa que algunos derechos sociales seguirán postergados.

En cuanto a las reacciones cabe destacar la de la prensa. Para variar, la prensa se enfocó más en la actitud del fujimorismo que no se puso de pié ni aplaudió a PPK. No entiendo por qué se critica esto, como si fuera obligatorio aplaudir. Habría que recordar que PPK tampoco ha movido un dedo por acercarse al fujimorismo después de las actitudes hostiles de campaña. Incluso hasta ayer PPK solo tenía palabras muy duras contra el indulto a Alberto Fujimori. Así que no se entiende por qué sorprende la actitud del fujimorismo. Simplemente han guardado respetuoso silencio. No están obligados a más, dentro de la cortesía y el protocolo. Pero claro que la prensa progresista aprovechará cualquier cosa para enfilar sus cañones contra el fujimorismo. Eso está por descontado.

Lo importantes es que tenemos un nuevo gobierno y al menos esperanzas habrá que tener. 

lunes, 25 de julio de 2016

Llegó el circo rojo


El nuevo Congreso versión 2016-2021 juramentó y dejó en claro que no será mejor que el anterior. Especialmente por la presencia de la pequeña banda de izquierda, dispuesta a mantener la fama de los rojos en alto, como los demostraron con una serie de ridículas juramentaciones que fueron desde la pachamama y las lagunas hasta las "victimas del fujimorismo". Ver a los rojos haciendo payasadas en el hemicirco es algo tan normal como ver a los perros ladrar. Ya no llaman la atención. Apenas ha servido para distinguir quiénes serán los más vociferantes y delirantes. En ese aspecto se destacaron la chibola Indira Huilca y la ex regidora vacada del villaranismo fracasado, Marisa Glave. 

Que una chibola desubicada como Indira Huilca vaya al Congreso a hacer un papelón con una juramentación estúpida, todavía pasa. No hay mucho que esperar de una chica de nivel pulpín universitario que aun sufre de la imbecilidad del izquierdismo infantil, tan típico en nuestros jóvenes. Pero que una política de cierto recorrido como Marisa Glave haga el ridículo es algo que la desdibuja por completo. Obviamente no se puede contar con ella ni para vocera, siendo una de las líderes más importantes. Uno siempre espera que los enfermos mentales de izquierda salgan vociferantes e insultantes, porque ese es su nivel mental y sus modales políticos, pero que quienes lideran el grupo con un perfil más o menos dialogante caigan en ese nivel resulta lamentable y preocupante, pues ya no queda forma de entenderse con esos delirantes. Ya vimos cómo será su conducta en los próximos cinco años. Es decir, de esta gente no esperemos más que circo y confrontación. 

Más allá de la pose terruca de levantar el puño como todo buen comunista, los desquiciados del Frente Amplio han perdido toda capacidad de debate porque ya ni ideología tienen. No han jurado por sus principios que dicen defender. No. Lo único que han hecho es aprovechar la oportunidad para exhibir, una vez más, su antifujimorismo patológico. Eso es lo único que moviliza a la izquierda en estos tiempos. Políticamente están reducidos a ser un grupo de oposición radical a las grandes inversiones mineras con el cuento del ambientalismo y punto, más nada. Allí termina toda su actuación política. Es triste ver en lo que ha quedado convertida la izquierda peruana que antaño al menos cacareaban su biblia marxista con las ideas de Lenin y Mao. Ahora no son más que tristes repetidores de clichés de la "memoria" convertida en venganza rabiosa, viven frustrados llenos de consignas baratas y relamidas contra Fujimori. Entre su falso ambientalismo y la rabiosa venganza contra Fujimori, lo que más alienta a los rojos es obviamente su venganza histórica por la derrota del terrorismo. Una lástima que por cuestiones del azar electoral hayan alcanzado 20 congresistas que no merecen. 

miércoles, 20 de julio de 2016

Sombrío panorama en seguridad


Han salido muchos a criticar a los críticos del primer gabinete de PPK. Ciertamente hay críticas tontas como “todos vienen de la empresa privada”. Hoy Juan José Garrido, director de Peru21, salió en defensa de Carlos Basombrío con palabras fuertes contra sus críticos, entre los cuales nos encontramos. Obviamente nadie descalifica a Carlos Basombrío por sus cualidades personales sino por su idoneidad para el cargo. No se necesita ser vidente para saber que la gestión de Carlos Basombrío al frente de la seguridad ciudadana será un completo fracaso. Como tampoco hizo falta para advertir en el 2011 lo que sería el gobierno de Ollanta Humala, tal como lo vaticiné en su momento. Y es que no se pueden cosechar peras de los olmos. Basta conocer el perfil de una persona para saber de lo que será capaz, sin engañarnos con sus discursos ni con sus poses. Los pavorreales son muy llamativos pero no sirven ni para hacer un caldo. Solo son adorno costoso.

Carlos Basombrío es el típico caviar: egresado de sociología de la PUCP y “experto en DDHH”, para variar. Obviamente ha laborado en una ONG roja como IDL y por lo mismo guarda filiaciones con instituciones extranjeras. Tampoco le faltan publicaciones. Todo caviar vive escribiendo y publicando gracias a los auspicios de sus ONGs. Hacen de cada experiencia un libro. O tres, como es el caso de Basombrío tras haber pasado por el Ministerio del Interior durante el gobierno de Alejandro Toledo. De esa experiencia sacó el libro “Activistas de derechos humanos a cargo de la seguridad y el orden en el Perú. Reflexiones sobre una experiencia inédita en la región”, escrito con Gino Costa, Miguel Huerta y Susana Villarán, y editado por IDL. También les alcanzó para escribir “Liderazgo civil en el Ministerio del Interior: reforma policial y gestión democrática” editado esta vez por el IEP, al igual que el tercer libro sobre el mismo tema: “La seguridad y sus instituciones en el Perú a inicios del siglo XXI”, escrito con Fernando Rospigliosi. No se puede negar que estos ñaños hacen de cualquier cosa un libro.

De hecho a Basombrío no le falta nada en su perfil caviar, salvo su ficha en Wikipedia. Desde luego, también formó parte del frente único antifujimorista en las últimas elecciones, sumado al alegre coro de acusadores que llamaban mafia, corruptos, ladrones y narcotraficantes a los fujimoristas. Pero siempre desde una actuación ética, moral y democrática, porque todo lo que hacen los caviares es democrático y ético. Ellos no solo son los dueños de la verdad histórica, de la memoria pública y de la moral política, además poseen la franquicia de la democracia. Solo ellos pueden determinar quiénes poseen “credenciales democráticas”. Ahora resulta que la izquierda promotora de la lucha armada para la aniquilación de la democracia burguesa y del Estado colonial, son los que enseñan democracia. Habría que preguntarle a Jorge Nieto, un ex integrante de Trinchera Roja, puesto ahora en el Ministerio de Cultura, si todavía piensa en esas consignas trasnochadas que terminaron en el terrorismo de Sendero Luminoso.

Que pongan a un progre en el Ministerio de Cultura me tiene sin cuidado, es un ministerio de adorno, pero colocarlo a cargo de la seguridad ciudadana sí que preocupa. Basombrío ya esbozó su estrategia: fortalecer las Codisec (Comité Distrital de Seguridad Ciudadana) y poner a los alcaldes a cargo de la seguridad. Es decir, lo mismo que hizo Ollanta Humala asumiendo el mando de la famosa Comisión Nacional de Seguridad Ciudadana que solo sirvió para hacer show un par de veces. Todas estas comisiones solo sirven para perder el tiempo en discusiones tontas sobre planes de seguridad, mapas del delito, observatorios de la criminalidad, gráficos de incidencias y tonterías por el estilo, mientras los delincuentes se ríen a carcajadas y siguen haciendo de las suyas. No me extrañaría que la primera medida de Basombrío sea hacer una encuesta nacional de victimización o de percepción de inseguridad. No servirá de nada excepto para llenar las páginas de su próximo libro. Ya debe estar pensando en el título.

Poner a los alcaldes al mando de la seguridad es una locura. Ellos no son profesionales en este tema y en su mayoría son solo ignorantes que no saben qué hacer. Miremos el ejemplo de Chiclayo, donde sus alcaldes solo han sido borrachos y delincuentes que hasta incendiaron el palacio municipal. Armar un comité de seguridad con el alcalde y los ciudadanos es un sueño de opio socialista. El asambleísmo de izquierda nunca ha servido para nada. Como están las cosas creo que mejor vamos comprando un perro, un seguro y una pistola. El fracaso del señor Carlos Basombrío es tan seguro como el de la selección peruana en las clasificatorias. Claro que estaremos felices si al final descubrimos que nos equivocamos. Seremos los primeros en felicitarlo. Por ahora nuestra apuesta está echada. 

Relativizando al Liberalismo

lunes, 18 de julio de 2016

¿Quién manda en el Frente Amplio?


Las cosas no están muy bien en el manicomio de izquierdas del Frente Amplio. Claramente hay un sector que quiere mantener a la calabacita roja Verónika Mendoza como mascarón de proa (más que como líder) mientras otro sector se quiere desembarazar de ella, es decir, tratan de abortarla para volver a los orígenes de Tierra y Libertad, donde Marco Arana campea a sus anchas. Al parecer el ex cura Arana no calculó que la Vero tuviera la suerte que tuvo en las elecciones. Es cierto que fue pura suerte, pues capitalizó la mayoría de la gente que estaba apostando por Julio Guzmán y a los que se apartaron del virrey Alfredo Barnechea, cansados de sus poses señoriales. Pero de allí a alucinar con que Verónika Mendoza tiene pasta para liderar a la izquierda hay un gran trecho.

Recordemos que el Frente Amplio es la combi electoral que armaron los rojos para presentarse a las elecciones. Al final hubo varios grupos de izquierda que no quisieron comulgar con el cura Arana, y se abstuvieron o se fueron a otras tiendas como los fonavistas o los humanistas. Fueron los primeros en convocar a elecciones para elegir a su candidato presidencial, incluso antes del plazo de ley, por lo que no contaron con supervisión del ONPE. Tuvieron la sagacidad de dejar el voto abierto para que cualquier ciudadano pudiera votar aunque no sea miembro de ningún partido del FA, lo que les aumentó bastante el número de electores. He visto a varios que fueron a votar al Frente Amplio y luego acabaron montados en la campaña de Julio Guzmán, para luego volver cuando lo tacharon. 

Hay que anotar que fue escandaloso que los rojos criticaran el CV de Keiko Fujimori y su trayectoria política cuando su candidata era huérfana de todo. Verónika Mendoza carecía de todo perfil, no tenía trayectoria académica ni empresarial ni política ni nada de nada. Apenas había sido mandadera de Nadine Heredia en el nacionalismo y acabó de congresista por la gratitud de su jefa, aunque se fue como una de las primeras tránsfugas que corrieron a los brazos del rojerío. Todo lo que pudo mostrar la Vero como virtud fue su gran capacidad para repetir como lora todos los clichés del rojerío. Es experta en charlatanería progresista con lenguaje inclusivo y todo. Se llena la boca con las palabras democracia, derechos, dignidad, justicia y todo el repertorio clásico de la izquierda delirante. Pero de allí a pedirle una sola idea original es pedir demasiado.

Toda su suerte no le alcanzó a la Vero para pasar a la segunda vuelta. Ganó 20 congresistas para la izquierda pero ella se quedó sin soga y sin cabra. Sus intentos de que la acojan como lideresa de la izquierda han chocado con las ambiciones de Marco Arana, quien hace lo imposible por sacudirse de la calabacita. La ha rebajado a la condición de simple vocera luego de decir que en el Frente Amplio hay "liderazgos múltiples". También le han negado el derecho a cobrar un diezmo de los congresistas y parece que la seguirán arrimando hasta que salga del escenario. Sin embargo, la calabaza se aferra a su liderazgo y a su figura mediática. Hoy estuvo metida como cuña en la reunión del anunciado presidente de la PCM, Fernando Zavala, con el Frente Amplio y fue la primera en dar declaraciones. Parece que no será fácil sacarla. Está prendida con las uñas de su "liderazgo". 

Al final parece que la Vero se quedará como un general sin tropas. Debería dedicarse a fortalecer su propio colectivo Sembrar, formar su partido y tratar de superar la convocatoria de Marco Arana. La otra opción es que se sume a algún partido que quiera adoptarla como lideresa, como se lo ha ofrecido Yehude Simons. Por lo pronto Verónika Mendoza alucina con ser la Yamila Osorio del Cuzco para el 2018, un proyecto que podría resultarle rentable para ella pero desastroso para el Cusco. Por ahora está a diez días de quedarse sin chamba. Tendrá que salir con el vago de su marido a dar conciertos de música progre en los parques. Desde aquí le deseamos suerte.

domingo, 17 de julio de 2016

Los dueños de la moral democrática


La cofradía caviar, dueña de la memoria y la moral política, ha vuelto a emprender su ardorosa "defensa de la democracia y la institucionalidad", tal como ellos la entienden, es decir, como simples fanáticos adoradores de ideologías, imágenes y símbolos, cándidos poseros que no desperdician ocasión para condenar cualquier ofensa a sus ídolos, sin mostrar más razonamiento ni criterio que una mera pose moralista. Arrodillados ante el altar del Congreso blanden la Constitución clamando castigo divino a todo aquel que haya osado profanar la santidad de la democracia.

Varios han salido de sus tumbas a criticar y condenar a la señora Rosa María Bartra, fujimorista voceada como la próxima vicepresidenta del Congreso. Incluso El Comercio, rebajado hace tiempo al nivel de un panfleto progre, condena a la Sra. Bartra en un primoroso editorial por el delito de haber opinado a favor del golpe del 5 de abril de 1992, algo inaceptable para los dueños del pensamiento único y correcto. El Comercio corona así el rosario de críticas que el progresismo desató en los días previos, evocando a los demonios de los 90, para variar. Y es que no hay nada peor que disentir con el sagrado concepto de democracia del progresismo, una democracia de pensamiento único y gestos inequívocos de devoción absoluta a las instituciones, so pena de lapidación pública. Nadie que piense diferente se salvará del fuego eterno de la Santa Inquisición progresista. Usted tiene que condenar el golpe del 5 de abril, o pagará las consecuencias, como le ha ocurrido a la Sra. Rosa María Bartra, a quien le han pedido (exigido, prácticamente) que se abstenga de conformar la mesa directiva del Congreso.

No nos olvidemos que el 85% de los peruanos apoyó el golpe del 5 de abril. Tampoco hay que olvidar el contexto en el que se dio el golpe, que es lo que le da todo su sentido, más allá de la cucufatería democrática. Era una crisis total del país, déficit fiscal, amenaza terrorista en las calles de Lima, etc. En buena cuenta, la quiebra institucional se había dado hacía mucho tiempo pues los penales estaban controlados por la subversión, la justicia era inoperante, medio país estaba en manos del terrorismo incluyendo varias zonas de Lima, las universidades públicas eran antros del terrorismo, y encima de todo eso, la clase política arrejuntada en el Fredemo y el Apra se dedicaron a fustigar a Fujimori desde el Congreso sin permitirle gobernar. Los decretos de urgencia que emitía el gobierno eran sistemáticamente derogados por el Congreso o modificados hasta hacerlos inservibles, preocupados más en no perder el control político que en buscar soluciones efectivas para el país. Más aun, tuvieron la desfachatez de hacer una ley para controlar los actos del presidente: la Ley 25397. Es decir, el primer golpe lo dieron los congresistas al presidente. En verdad no había una sola institución funcionando a la altura de la gravedad del país. La democracia era solo una representación teatral que no le servía para nada a los peruanos. 

Para pintar el escenario de la realidad peruana citaremos a la propia CVR:

"Casi tan o más importante que la violencia (política), la crisis económica había llegado a tal punto que realmente amenazaba la subsistencia de los peruanos. El problema de la inflación y los sucesivos paquetazos, sufrido desde 1988, parecía incontrolable. La población demandaba una solución urgente a estos problemas vitales y pronto aceptaría que estos se resuelvan casi a cualquier costo. La conjunción alarmante de violencia exacerbada e inflación rampante configuraron un escenario nacional, con variantes regionales, de crisis extrema y tiempo social acelerado, que se prolongaría hasta 1992". (IF-CVR, cap. 2.3 "La década de los 90", pp. 67).


Si la cucufatería progresista se rasga las vestiduras por la democracia, sin entender el contexto que motivó el golpe del 5 de abril, y prefieren seguir llorando por la "institucionalidad perdida", es porque no les interesa ni la verdad ni el país, y prefieren seguir posando como hipócritas santones. No nos olvidemos que al día siguiente del golpe se dio la ley de emergencia que anunciaba un cambio de Constitución, en menos de dos meses se convocó a elecciones para un Congreso Constituyente y en menos de un año el nuevo Congreso estaba instalado. Sin el golpe del 5 de abril habría sido imposible cambiar la Constitución socialista de 1979 y no habríamos podido salir del modelo estatista que consagraba ese documento. Gracias a la Constitución de 1993 pudimos establecer las bases de un país moderno, con nuevas instituciones que han permitido el desarrollo del país. Así que no hay que llorar tanto por el golpe del 5 de abril. Hay que seguir remando por el país sin esta clase de actuaciones patéticas contra alguien que piensa diferente. Eso no impide criticar ni condenar los actos de corrupción, abuso de poder y atropellos a los DDHH que se cometieron después.

Los reyes de lo políticamente correcto apelan a la pose en defensa de etiquetas, idolatran conceptos y promueven el sentimentalismo antes que la razón. La democracia no se defiende con poses sino con decisiones firmes en los momentos difíciles. Los enemigos de la democracia son los conservadores que se niegan a cambiar el status quo, que prefieren idolatrar ideologías e instituciones precarias cual estructuras vetustas a punto de caer sobre la población. La cucufatería que llora por el cierre del Congreso el 5 de abril de 1992 sin reconocer el grave contexto real que lo motivó, ni lo que luego se logró en favor del país, no defiende la democracia, solo quieren posar como santones de la democracia. Al igual que El Comercio, sacan a relucir la corrupción para descartar toda la década de los 90 como si solo hubiera habido corrupción. Parece que el país se arregló solo, por un milagro. La deshonestidad intelectual del progresismo es tan insultante como su afán por la pose políticamente correcta. Estos demócratas de papel que ni siquiera saben tolerar ideas contrarias ni respetar opiniones divergentes son los que quieren darnos lecciones de moral política cuando nunca han hecho nada por la patria.

lunes, 4 de julio de 2016

La inmortalidad del cangrejo



Escrito por: Elvis Occ


Por alguna razón que no alcanzo a comprender, los analistas políticos de derecha (de todas la "razas") no aparecen en la televisión, radio o diarios últimamente. Casi el 100% de los que comentan y diseccionan cuestiones coyunturales son de izquierda o hijos de papi sin puesto en la empresa familiar. No quiero pensar que nuestros analistas siguen discutiendo la inmortalidad del cangrejo o simplemente recogieron el furibundo moco morado de pavo embravecido, con la secreta esperanza de ser llamados por PPK o Mechita. Y es que esta difícil criticar a la izquierda, Ollanta o los caviares porque están con PPK, pero tampoco a los fujimoristas pues son mayoría absoluta en el Congreso. La derecha nuestra está siendo reducida a las redes sociales y allí también ya tenemos problemas.

Colémonos en el gobierno, dicen algunos. Infiltrémonos en los ministerios sugieren otros. ¿Suponen que una vez apoltronados en una entidad estatal, influirán en la política del gobierno? ¿Es en serio? Ni Ollanta en la presidencia pudo hacer mucho e inclusive su mujer hizo más por su cuenta. ¡Dios mío! No sé si es ingenuidad o simple y llanamente cojudez congénita. ¿Qué les pasa? ¡Esto no es Juego de Tronos! Reúnanse y separen el grano de la paja (en especial las mentales) de una buena vez. Quienes pueden entrar en acción y quiénes no. Quienes pueden participar, como, cuando y donde. Que tengo negocios, mi mujer no me deja, estoy muy viejo. ¡Pamplinas! Todos pueden hacerlo de un modo u otro. ¡Es una cuestión de convicción! ¿La tienen o no?

¿Quieren un millón de soles para fundar un partido? ¿Creen que solo con un líder pintón y de buen floro se puede ganar? Quiero pensar que no están convencidos de tal cosa. Quiero creer que anteponen esas exigencias a sabiendas que no caerán del cielo y para justificar su falta de compromiso y huevos. Porque si en verdad fuera cierto, el enano de Napoleón, el feo de mierda de Robespierre o el muerto de hambre de Steve Jobs nunca hubieran logrado nada. No es mi intención vapulear el ego de nadie, pues más de uno tiene pergaminos que este insolente no posee, pero me siento obligado a exigir y exijo. No sea que después lloren como nenas lo que no pudieron defender como hombres. Estamos dispersos y así no es mucho lo que podamos hacer. ¡Hagamos algo pero ya!