lunes, 27 de marzo de 2017

El idiota de la familia


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Penoso espectáculo el que están ofreciendo los hermanos Keiko y Kenji Fujimori, para delicia del progresismo y deleite de la prensa caviar. Aunque a decir verdad, el show viene por cuenta de Kenji, quien parece desesperado por ganar protagonismo en las filas de su partido y ser ungido candidato presidencial, una ambición que ya había hecho pública incluso antes de la última derrota de Keiko. 

Al parecer las hormonas se le han alborotado a Kenji al punto de creerse presidenciable. Bueno, ese es un mal muy recurrente en en este país donde lo que sobran son candidatos presidenciales, aunque la mayoría de ellos están al borde de la razón. Pero también es cierto que en este país cualquier demente puede ser elegido presidente, especialmente si conviene a los intereses de la izquierda. Viéndolo así, es fácil darse cuenta que Kenji tiene amplias posibilidades. Por algo está siendo ya levantado en hombros por algunos opinólogos del progresismo y la caviarada.

En medio de la democracia precaria de nuestro país, todo intento de socavar la unidad partidaria debe ser mal vista. He escuchado a ciertos comentaristas que viven en las nubes, decir que es una buena señal de la democracia interna del fujimorismo que haya esta competencia fraterna. Las calabazas que así opinan confunden la democracia con el figuretismo mediático. La democracia partidaria tiene reglas y disciplina. En un partido nadie puede dispararse alegremente por su cuenta. La competencia interna se desarrolla en el debate y en las elecciones internas, no en las calles y en los medios.

Lo que está pasando en el fujimorismo es la quiebra de su unidad por parte de un desquiciado que cree que le han robado la herencia política de su padre y quiere su cupo. Su medio millón de votos conseguidos a punta de obsequios o -como dicen en la izquierda- de tápers lo han obnubilado. Ahora parece convencido de lo fácil que es conseguir votos. No necesita ideas sino tápers. Por lo pronto se ha propuesto ser la oveja negra del corral. Ha tomado distancia de su partido en cuestiones que van desde lo trivial a lo simbólico. Ponerse majadero por el archivamiento del caso Sodalicio en el Congreso, por ejemplo, le abrió repentinamente las simpatías y el interés del progresismo. Luego se ha distanciado rápidamente del proyecto de ley de medios presentado por Ursula Letona, pero no con su voto en contra sino con mensajes en Twitter que han sido muy celebrados por la izquierda. 

Hasta Rosa María Palacios se ha ocupado de Kenji, mimándolo con manos muy suaves tratándose del fujimorismo que ella detesta con odio fanático. Ha hecho bien al compararlo con Claudio, el idiota emperador romano coronado por la guardia para conservar sus privilegios. Kenji es, de muchas maneras, el idiota de la familia Fujimori. Así quedó retratado en los vladivideos. Lo que falta ver es si la izquierda delirante y fanática será capaz de elegir a Kenji como caudillo, solo para combatir al fujimorismo desde sus propias entrañas. Conociendo el nivel de estulticia y vesania de la izquierda peruana, ninguna idea retorcida resulta tan descabellada en su horizonte político. 

Desde luego que el apoyo de la izquierda a Kenji sería la mejor manera de matar al fujimorismo y poner a un monigote en el poder, a la manera de Claudio en el trono de Roma. Y si resulta tan astuto que acaba echando a la izquierda de su entorno, tampoco sería una experiencia nueva para el rojerío. Al menos habría cumplido el cometido de acabar con el fujimorismo, aunque haya entronizado a un idiota que lleva el mismo apellido. Es un buen negocio para la izquierda.

El único atributo interesante y positivo que tiene el fujimorismo en este siglo, es que sirve como dique de contención de la izquierda. Es el papel que el Apra jugó en el siglo pasado, aunque en esas épocas el aprismo no era solo un rival electoral sino fundamentalmente ideológico. En nuestros tiempos ya no hay ideología. Los grandes movimientos ideológicos del pasado se han disgregado hoy en una multitud de causas idiotas que van desde el ecologismo barato al animalismo infantil, pasando por el feminismo histérico y el igualitarismo ramplón. En estos días de escasa lectura y pobre comprensión lectora, hablar de ideologías es demasiado. La gente apenas entiende de causas que apelan no a la razón sino a las emociones. A partir del sentimentalismo emergen las más disparatadas tesis.

En este ambiente de caos mental y político, la única utilidad del fujimorismo ha sido detener a la izquierda. Más allá de eso nadie sabe para qué puede servir el fujimorismo. Ideológicamente es una mermelada de naranja con mango. Keiko ha demostrado ser un tiro al aire desde su famosa caviarización en Harvard. El fujimorismo en pleno ha dado muestras de ser tan estatista y populista como el peor de los líderes de izquierda. Ahora mismo, han presentado un proyecto de ley que una década atrás podría haber sido presentada por el mismo Javier Diez Canseco, ferviente luchador de la corrupción en el sector privado.

Así están las cosas en este convulsionado país. Así que lo más probable es que Kenji acabe desplazando a Verónika Mendoza en el liderazgo del rojerío. Después de todo, hasta podrían ser compañeros de carpeta en el jardín de la política improvisada y populachera. Tenemos circo para rato.

sábado, 18 de marzo de 2017

Travesuras del Niño malo


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La situación que vive en estos días el Perú es apocalíptica. La furia desatada de la naturaleza está golpeando con mayor fiereza toda la costa norte y Lima, pero hay estragos en la mayor parte del territorio, donde las carreteras han colapsado por la crecida de los ríos, ocasionando numerosos accidentes que comprometen principalmente buses y camiones. Hasta la fecha hay más de 60 muertos y 100 mil damnificados, ciudades enteras inundadas como Chiclayo, Piura, Trujillo y Huarmey. Lo peor es que el temporal no ha pasado. Aun se anuncian mayores crecidas. No queda más que aguantar y ayudar hasta donde se pueda.

Definitivamente no es el momento para seguir con las tradicionales campañas de odio político, pero por desgracia esto es lo que vemos a diario en las redes y medios. Por un lado están quienes se ensañan con el gobierno acusándolo de incompetencia y, por el otro, los típicos enfermos mentales de la izquierda patológica con sus mismas fanáticas obsesiones en contra del fujimorismo y el alcalde Castañeda. Ni siquiera en esta hora de dolor y tragedia cesan su miseria cotidiana. Al contrario, han aprovechado la tragedia nacional para usarla como argumento en contra del fujimorismo y del alcalde Castañeda, llevando su histeria al límite de la miseria humana en memes y caricaturas. De esta gente que se hace llamar "progresista" no cabe esperar nada edificante ni conciliador. Son lo que son.

Toca agradecer y felicitar a la Policía Nacional y las FFAA que han salido con todo a apoyar a la población, entregando incluso más de lo que exige su labor. Ya tenemos el lamentable saldo de un policía muerto en las acciones de salvataje. Pero también se han sumado empresas privadas a esta labor. Es destacable la reacción de la empresa minera Antamina que no tardó nada en enviar toda su maquinaria pesada para rehabilitar la interrumpida carretera Pativilca-Huaraz. También se ha sumado la Iglesia a la ardua tarea de recolectar donaciones. El gobierno ha adoptado el HT #UnaSolaFuerza y desde acá apoyamos todo esfuerzo que se haga para salvar esta crisis.

Más allá de esto, parece poco sensato insistir en el despilfarro monumental de los juegos Panamericanos. Hay un país que reconstruir. Aun no sabemos cuánto daño nos causará este episodio pero es obvio que los daños serán cuantiosos. La arrogancia inicial mostrada por este gobierno indicando que hay dinero de sobra para cumplir con todo, le pasará una factura muy grande si no desiste. Lo que deberíamos hacer ahora mismo es diseñar un plan nacional de reconstrucción y prevención, que permita no solo rehacer lo que está dañado, sino hacerlo bien sabiendo a lo que estamos expuestos. Se requieren mejores vías, más y mejores puentes, canalizar y encausar los ríos, hacer sistemas de drenaje en las ciudades, etc. Hay, hermanos, mucho por hacer.

martes, 7 de marzo de 2017

Tu opinión no nos importa



A raíz de la marcha contra el currículo educativo nacional, que incluye la ideología de género, se generó un ataque de pánico en la mafia caviar. Ya sabemos que el lobby LGBT está en relación contra natura con la mafia progresista, pues en el siglo pasado estos mismos eran los que fusilaban gays. Como consecuencia de esta marcha en la que participó Philip Butters fuera del horario de trabajo, hemos sido notificados de su despido de Radio Capital, lo que ha desatado el jolgorio del progresismo y no se cansan de celebrar haciendo cachita.

Es una muestra más del doble rasero de la izquierda hipócrita que marcha defendiendo la estabilidad laboral y arma escándalos por el despido de un empleado en Ripley, pero ahora celebra y festeja el despido de Phillip Butters porque no les gusta lo que opina ni cómo lo hace. Esa es la doble cara con la que estos sujetos malvivientes de la izquierda parásita se guían. Philip Butters es un personaje polémico, nadie lo duda, es directo y franco en sus opiniones, cosa que en este país de chupamedias y lamebolas resulta algo insoportable. De hecho a muchos no les gusta ese estilo, acostumbrados al floro dulce, al positivismo, a la buena vibra, la buena onda, el franeleo, el posero que apoya todas las causas lindas y nobles que defiende la cucufatería caviar. Por eso mismo las opiniones de Phillip Butters les producían hemorroides, porque les cantaba claro a todos esos autoproclamados dueños de la verdad y defensores de moral pública. Hasta se había dado el lujo de cuadrar y denunciar a varios mermeleros de izquierda que vivían como empleados del gobierno y luego se la daban de periodistas independientes. La más famosa de las cuadradas se la hizo al impresentable de Marco Sifuentes.

Obviamente RPP no se preocupó en ningún momento de ese nicho de oyentes a los que si les interesa la opinión de Phillip Butters. El montaje de “Cuarto Poder” victimizando a René Gastelumendi por casi media hora, acusando a Phillip Butters de matón y agresor, fue suficiente para que se arme el bullying progre-caviar en las redes, hasta que algunas marcas empezaron a anunciar el retiro de su publicidad, cuando antes nunca les ha importado auspiciar a la televisión basura. Phillips Butters vendía, y vendía bien. Su programa tenía mucho rating y era seguido por millones. Pero acá primó la pose caviar o el poder caviar. La mafia caviar que controla los medios no desaprovechó la ocasión para deshacerse de un personaje incómodo al que no podía controlar. La ocasión era perfecta. A nadie engaña esa finta de las marcas anunciantes, pues si una empresa se va otra llega después, porque el programa vende y eso es lo que importa en la publicidad. Por eso es que todos auspician los programas basura de la TV basura.

La tendencia ahora parece ser la “reputación” de un medio. Es el enfoque del pensamiento correcto predominante en la beatería social de la caviarada. Esa reputación también está basada en la moda progre de la inclusión, los derechos sociales y los derechos humanos y toda esa basura del buenismo social predicado por la izquierda infecto contagiosa, es decir, si una empresa de pronto auspicia un programa cuyo conductor discrepa del lobby Green Peace o del Lobby LGTB, puede ser suficiente para “arruinar la reputación” de la empresa. Ahora las empresas también deben ser regidas por la ética progresista. Acá no hace falta una ley de medios dictada por un gobierno socialista, porque el progresismo caviar ya es dueña de los medios y aplica su moral social.

Más allá de que Phillip Butters sea bocón, prepotente, desafiante y “sabelón”, más allá de que sea amado u odiado tiene derecho a expresar su opinión con libertad. Más aun si lo hace en la calle y en horarios que son de su uso y disfrute personal. Porque a él no lo han botado por una falta grave en el trabajo. Lo han botado, según el comunicado de Radio Capital, por haber ido a la marcha del colectivo #ConMisHijosNoTeMetas. También tenía derecho a hacerlo. Lo que si resulta condenable y cuestionable es que se alegren porque algunos anunciantes saquen a Butters, pero no hacen la misma campaña para que el Estado retire sus anuncios de “La República”, un diario cloaca donde los columnistas promueven el odio político cada semana. Ese mismo día Augusto Álvarez Rodrich había titulado su columna diaria “El ku klux klan peruano marcha hoy”, denigrando a varios miles de peruanos solo por tener una opinión diferente. ¿Es que la caviarada si tiene el derecho de ser prepotente, altanero, abusivo y matón? ¿Ellos sí pueden promover el odio a la mitad de los peruanos saliendo en marchas fascistas? ¿Ellos sí pueden escribir columnas para denigrar, insultar, difamar, estigmatizar a todo aquel que piensa diferente?

Ya es hora de exigirle al gobierno que retire la cuantiosa publicidad estatal del diario “La República” porque eso lo pagamos todos, y especialmente los más pobres. ¿Con qué derecho nuestro dinero va a financiar a esa caterva de farsantes de la moral que se ampara en el periodismo de “La República”? Mientras que otros medios se preocupan por ganar anunciantes, “La República” vive cómodamente parasitando el dinero público, pues casi la totalidad de sus anuncios son de alguna entidad del Estado. Ya basta, señores del gobierno. Dejen de financiar con nuestro dinero a esos matones de izquierda.

Lo cierto es que los pro gay-gender no pueden estar descalificando y haciendo sicariato mediático porque alguien no sigue sus dictados. La Santa Inquisición caviar ha acusado a Phillip Butters de las cosas más alucinantes, sin percatarse que al hacerlo caen en una intolerancia y sectarismo que resulta mucho más condenable por el abuso de poder.

lunes, 6 de marzo de 2017

La pedofilia del MINEDU



El servicio estatal de educación vive una crisis crónica desde hace medio siglo, y parece no tener solución. Desde luego, no sorprende que su calidad sea de la peor. Es la realidad del Estado en todos sus servicios. La responsabilidad del Estado solo asegura la mediocridad del servicio. No podemos cerrar más los ojos a esta realidad y menos esperar a que sea el mismo Estado, causante de la crisis, el encargado de remediar el problema. A los males de infraestructura precaria, la pésima gestión, los docentes semi analfabetos, las huelgas del SUTEP, los alimentos de Kali Warma, etc., ahora hay que sumarle el currículo educativo. A los genios que manejan las riendas de la educación desde el Estado, ahora se les ocurrió experimentar con el cerebro de los niños, buscando crear al “nuevo hombre” y la “nueva sociedad”, metas utópicas que hace un siglo persigue con obsesión diabólica el socialismo. 

Pero esta vez no se trata de la consabida igualdad económica sino que han dado todo un salto hacia la igualdad sexual, o como dicen ellos, igualdad de géneros, porque para ellos no basta con decir sexo. Y he ahí el truco, pues el igualitarismo ahora va más allá del hombre y la mujer para incluir a todo aquel que no encajan en estas dos categorías biológicas elementales. Ahora hay que darle espacio dentro del igualitarismo social a cualquier cosa que resulte de esa famosa “construcción” del género, en una sociedad que anda cada día más caótica y socialconfusa. Se trata pues del buenismo social progresista penetrando nuestra cultura con sus falsos valores y contravalores, en aras no de hacer una sociedad mejor sino de crear un sancochado social ininteligible, que es la meta del marxismo cultural.

La búsqueda de la perversión cultural, destruyendo valores tradicionales hasta sembrar el caos y el desconcierto, es la estrategia seguida por el marxismo cultural. Y ahora el Estado peruano, manejado por una manga de incompetentes parásitos progresistas ideologizados, no solo pretende generar los alumnos palurdos que creen que Miguel Grau nació en Venezuela, sino también harán del activismo progresista escolar una práctica académica oficial, en aras de que cualquier aberración sexual sea vistas como otra forma de desarrollo normal que hay que asumir con total equidad. Si no estás a favor de estas nobles ideas de avanzada, pues eres un retrógrado homofóbico intolerante desfasado.

¿De dónde llegaron estas maravillosas ideas que hoy promueve el MINEDU con tanta diligencia? De los organismos internacionales a los que reverenciamos y rendimos culto y pleitesía, como buenos tercermundistas dominados. En estos organismos parasitan los grandes genios de la izquierda progresista académica y papeluchera, que se pasa la vida mirando estadísticas y alucinando con sociedades felices desde su escritorio. Ellos dictan con fervor sus recetas de éxito a los países atrasados, gobernados por una casta de ignorantes sin iniciativa propia, siempre dispuesta a posar como sabios y modernos blandiendo los planes y programas que reciben de sus amos de afuera. La izquierda siempre se ha esforzado por imponer contravalores con el pretexto del modernismo. Es una revolución silenciosa para ir descartando poco a poco el mundo que detestan por ser injusto y desigual. No lograron transformar el mundo a punta de pistola y dinamita, y ahora pretenden conseguirlo atacando la cultura. Si retrocedemos en el tiempo recordaremos que con esas intenciones de transformar la sociedad radicalmente la izquierda parió a Sendero Luminoso, dirigido por el demente “presidente Gonzalo” y su camarilla de criminales disfrazados de revolucionarios. Ahora han cambiado el método. Aprovechan nuestra democracia, copan y manipulan al Estado para imponer su ideología, mediante leyes y planes recubiertas de un meloso buenismo social: la igualdad.

La realidad sin embargo demuestra que ningún ser humano es igual a otro, desde su ADN hasta su circunstancia existencial en una familia, comunidad y estrato concreto, cada quien está dotado de particulares habilidades e inquietudes propias. La igualdad no pasa de ser un mito conceptual creado para confundir a los incautos, sensibleros y poseros. Claro que algunos admiten la diversidad y luego predican la “igualdad de oportunidades”, pero el truco es que para conseguir tal igualdad hacen leyes intervencionistas y draconianas que obligan a todos a dar determinadas ventajas y privilegios a los sectores considerados ”vulnerables” por la progresía. Ahora han llegado al currículo escolar para predicar esta ideología igualitaria dirigida a los que son diferentes por razones de su orientación sexual o "identidad de género". Ellos tienen que ser considerados “iguales” a la mala, por adoctrinamiento y más tarde por ley. ¿Cuál es la razón de que el Estado intervenga para regular la vida de la sociedad y alterar los conceptos y valores que priman en nuestra cultura?

Las pretensiones del MINEDU, como instrumento del progresismo internacional, chocan obviamente con nuestras formas, costumbres y valores socioculturales. Pero los ideólogos del igualitarismo se creen superiores, jugando a ser dioses para crear nuevos seres humanos, nuevas sociedades y nuevas culturas en donde cualquier diferencia sea neutralizada para que, por arte de hipnosis doctrinal, todos vean igualdad. Si triunfa el neo marxismo, la educación terminará pervirtiéndose, convertida en instrumento perfecto de los agresores a la libertad, para imponer su agenda y sus falsos valores, formando una generación de entes catatónicos incapaces de pensar por sí mismos, e incapaces de desarrollarse en este mundo de retos. Ya no será nuestra propia cultura la que desarrolle la mente de nuestros niños sino la ideología del progresismo impartido desde la escuela. Risible la actitud de los acólitos del Estado y de la cofradía caviar, de pedir argumentos científicos a quienes se oponen a la ideología de “igualdad de género”, y cuando se los dan, replican con sus adjetivos habituales: fachos, homofóbicos, cavernario, conservador, etc. No hay forma de admitir la igualdad desde un punto de vista científico ni cultural. No hay forma. El igualitarismo es solo un mito y un dogma ridículo.

La marcha del 4–M, si bien convocada por religiosos, ha sido un acto esforzado de muchos creyentes y no creyentes que han asistido a oponerse a la arremetida cultural del progresismo y del marxismo cultural. Puede que las razones de los creyentes sean otras, pero al final el rechazo es mayoritario. No queremos que el Estado se inmiscuya en la crianza de los niños. La escuela debe servir para educar, no para el activismo ni el adoctrinamiento ni la supuesta “promoción de valores”. Dejen que sean los padres de familia y la propia cultura quienes se ocupen de los valores. Dejen de pervertir los fines de la escuela y dejen de meterse con los niños para sus fines de diseño social. 

domingo, 5 de marzo de 2017

La educación peruana se va al garete


Desde hace mucho tiempo, la educación en manos del Estado atraviesa por un crisis endémica que nadie es capaz de solucionar. No es novedad que un servicio a cargo del Estado sea malo. Sostener que el Estado no hace nada bueno es afirmar un hecho y no una ideología. El Estado es fuente no solo de corrupción sino de la más pavorosa ineficiencia en todos los campos. No es el momento de analizar las razones de esto, pero hace falta mencionarlo como punto de partida para el comentario de lo que ocurre hoy con la educación.

Ya no se trata de quejarse de locales escolares en mal estado, desayunos infectados, o profesores mal pagados y de muy bajos niveles de preparación. Ahora se trata del currículo escolar. Es decir, ya no queda nada más de qué poder quejarse. Todo anda mal en la educación nacional estatal. La gota que rebalsó el vaso es la ridícula pretensión estatista de utilizar la educación para implementar un experimento de diseño social basado en el adoctrinamiento de los niños en valores progresistas. Esto significa que las escuelas ya no servirán solo para la mala educación sino, básicamente, para el activismo político social en aras de una sociedad perfecta. 

Esto no es más que una versión light del consabido adoctrinamiento político izquierdista en las aulas. Solo que antes se practicaba sin descaro en las universidades públicas, de donde salieron los terroristas, pues no olvidemos que Abimael Guzmán y sus secuaces eran maestros de universidades públicas y que los terroristas salieron de las aulas. El gran salto ahora es pasar al nivel escolar, pero no para predicar la guerra popular sino los "valores" del progresismo, es decir, la tan cacareada igualdad, que es el cuento infantil con el que tratan de convencer a las mentes menos preparadas. 

El igualitarismo es una ideología y solo eso. En la realidad no existe ninguna igualdad de ninguna clase y menos en el ámbito de los seres humanos, donde prima la diversidad. El igualitarismo social es una ideología de izquierdas que empezó con la famosa "igualdad de clases" predicada por Marx y que dio paso a revoluciones que acabaron en genocidios y países enteros sumidos en la miseria. Hoy podemos ver todavía a la miserable Cuba como un saldo de esa época demencial de la humanidad. En los tiempos de la posguerra y tras la caída del muro de Berlín, la izquierda reordenó sus filas y sus discursos tratando de penetrar las sociedades de otras formas, incluso utilizando la democracia.

Un gran objetivo del comunismo en los años 70 fue la infiltración de los organismos internacionales que Occidente había creado para defender los valores democráticos. El primero de todos fue la OMS en la conferencia de Alma Ata en 1978 organizada por la URRS con el claro propósito de alterar los valores de Occidente, empezando por su concepto de "derechos". Paulatinamente los derechos se fueron desintegrando como concepto y pasó a ser cualquier cosa ofrecida por el Estado. Luego el ejército de escritores progresistas se encargó de prostituir todos los valores y conceptos básicos de Occidente hasta convertirse en un movimiento contracultural de moda destinado a los jóvenes, para variar, el cual acabó pervirtiendo los conceptos de democracia, derechos, igualdad, etc. Para fines del siglo XX los organismos internacionales ya estaban copados por el progresismo. 

Si en el siglo XX el comunismo trató de conquistar países mediante ejércitos o guerrilleros-terroristas, ahora solo dictan pautas a través de organismos internacionales como la ONU, FAO, UNESCO o la OIT para dominar a los países subdesarrollados, siempre ansiosos de recibir los dictados de estos organismos para desarrollar sus consabidas "políticas públicas". Los organismos internacionales y las ONGs progresistas son los principales proveedores de técnicos y planes para estos gobiernos que acaban como colonias complacientes al servicio de organismos internacionales llenos de parásitos intelectuales expertos en chalatanería social, que solo buscan implantar valores progresistas sin importarles la idiosincrasia y valores de los pueblos que infectan con su veneno ideológico. 

No es raro pues que el Ministerio de Educación se preste al programa de adoctrinamiento progresista de varios organismos internacionales para imponer el igualitarismo social en las escuelas. Esto no es educación. Es puro activismo político que terminará pervirtiendo la educación. Es la utilización de las aulas para la prédica de valores progresistas que, sumado a la mala calidad de la educación, acabará generando promociones de ignorantes adoctrinados pero incapaces de emprender nada en la vida. Acabaremos como España y otros países europeos que se adelantaron a esta práctica de deterioro de la educación, y a la entrega jubilosa del país a los organismos internacionales en aras de los ideales más altruistas pero utópicos. 

Desde nuestra óptica, lo que debemos exigir al Ministerio de Educación es eliminar todo contenido proselitista e ideológico del currículo escolar. No estamos en la misma linea de la cofradía cristiana que tiene sus propios objetivos, como no permitir que el Estado desplace a la iglesia como el único agente de adoctrinamiento escolar. Para nosotros tan nefasto es el adoctrinamiento religioso en las escuelas, sean públicas o privadas, como lo es cualquier otra forma de pervertir la libertad de pensamiento de los niños, privándoles la oportunidad de descubrir y entender el mundo de manera libre y natural. La escuela no debe ser aprovechada por el Estado ni las iglesias para adoctrinar. No se metan con los niños. Es un buen reclamo pero que hay que aplicar en todo sentido.