viernes, 16 de junio de 2017

Intolerancia a la lactosa


Por: Richard Campos Villalobos 

La cofradía estatista-populista se ha ido de nauseas por la leche. Han armado todo un espectáculo farandulero con el afán de ganar imagen de defensores del consumidor. Lo peor es que asumen su estulticia con una acusación falaz contra la empresa Gloria. Es que no se puede esperar otra cosa de esta gente primitiva más que una ridícula posición en contra de todo lo que sea empresa. La monumental histeria colectiva por la leche que, según algunos, “no es leche”, se inicia porque el Grupo Gloria quería exportar al mercado panameño su producto Pura Vida, pero las regulaciones panameñas observaron el etiquetado. Eso fue suficiente para desatar la histeria colectiva contra el producto y contra todo el Grupo Gloria. 

No sé si el mejor análisis de este caso corresponde al campo social, político o patológico. El político que más berrinche ha hecho es, para variar, Yonhy Lescano, un impresentable personaje que se cuelga de cualquier escandalete para posar como defensor del pueblo. Un día pretendió prohibir la pornografía porque, según su iluminado entender, es la culpable de las violaciones sexuales. La reacción en cadena contra la leche incluyó patrioterismos de callejón, acusando a Gloria de "chilena” y otras aberraciones del más pobre nivel mental. Pero peor resultó la genial idea de regresar a la Edad Media para que todos ordeñen una vaca y gocen de la verdadera leche pura ya que Gloria no la vende. 

Es que desde hace algún tiempo los políticos han encontrado en la prédica anti mercado y anti empresa una forma de publicidad gratuita, pues satanizar a las empresas parece rendir excelentes réditos, les permite posar como defensores del consumidor. Con todo este asunto de la alimentación saludable, tan de moda, no sería redituable políticamente que nuestros políticos vayan a revisar las condiciones en que los mercados populares venden carnes. Tampoco sería bien visto si Digesa se dignara en supervisar los productos que se venden a los escolares en las calles, alrededor de las escuelas, embolsadas artesanalmente. 

Sería interesante que Lescano vaya a fiscalizar los bares de mala muerte donde se consumen mezclas de licores sin registro de ninguna clase. No lo hará. Es más fácil combatir a Gloria exigiéndole que deje de "estafar" a los ciudadanos. Eso sí rinde titulares. Es más fácil ganarse a los ignorantes de las redes sociales y de la prensa chicha de izquierda. La pose anti empresa vende mucho, y si es contra una gran industria mejor. Eso es más redituable que revisar la salubridad de los algodones de azúcar en las ferias populares o inspeccionar la canchita pop corn que venden en la puerta de los colegios en los barrios pobres. 

Todo este circo infame armado contra la empresa Gloria es una vergüenza. Pinta de cuerpo entero a estos farsantes de la política que se cobijan en el Congreso y en el poder, así como a los mercaderes de la prensa basura, incapaces de defender verdaderamente al ciudadano y a los niños. Prefieren armar circos baratos de indignados contra una gran empresa formal. Son una vergüenza para todo el país.

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