domingo, 30 de septiembre de 2012

Miserias y bajezas caviares


Una vez más tenemos ocasión de apreciar en toda su magnitud la miseria de la izquierda. El indulto a Alberto Fujimori ha desatado el griterío unísono de la caviarada, la progresía y el rojerío, sacando a relucir su doble moral, con argumentos maniqueos. Es fácil poner en evidencia la retórica sucia de este sector que ha tomado por asalto el poder bajo la fachada de ministros y asesores de presidentes peleles e improvisados. 

Estos señoritos que nunca ganaron una elección han manejado la política nacional gracias a la ineptitud de gobiernos como los de Paniagua y Toledo, carentes de ideas, cuadros y programas propios. Tenemos una década de política caviar. Una política basada en los siguientes puntos básicos:

a) Desarticulación de la política antiterrorista diseñada por Fijimori.
b) Desarticulación del sistema de inteligencia contraterrorista
c) Liberación masiva de acusados por terrorismo.
d) Persecución judicial a los militares, también en forma masiva.
e) Sometimiento del Perú a la Corte IDH.
f) Montaje de la CVR sin consultar con nadie (salvo con los cabecillas de SL)
g) Imponer en la agenda nacional el tema de los DDHH para justificar la prédica del IF de la CVR.
h) Promoción de una corriente antifujimorista como premisa de la "defensa de los DDHH".
i) Crecimiento del Estado con multitud de organismos y hasta ministerios decorativos
j) Apertura al negociado de las ONGs de DDHH siguiendo las recomendaciones de la CVR

El desarrollo del primer punto, es decir, la desarticulación de la política antiterrorista de Fujimori significó no solo anulación de toda la legislación antiterrorista existente sino la autoinculpación del Estado ante la Corte IDH para que esta nos obligue a nuevos juicios a los terroristas, así como su indemnización. 

Tras una década de política pro terrorista (de DDHH en lenguaje caviar) lo que tenemos ahora es el resurgimiento de Sendero Luminoso en facciones como CONARE y MOVADEF, el reinicio del adoctrinamiento subversivo en las universidades así como la intensificación de las acciones terroristas en la selva. Tenemos además juicios pendientes contra militares, como los que amenazan a los comandos Chavín de Huántar. Se ha sometido al país a los dictados de una Corte extranjera. Pero sobre todo tenemos un país dividido y enfrentado con enconos profundos como nunca antes había ocurrido entre peruanos. Y como si toda esa miseria no fuera suficiente ahora la caviarada y sus adeptos le niegan el indulto a un anciano y enfermo ex presidente.

Aun con todo el odio que la caviarada ha destilado en una década contra Alberto Fujimori, en las últimas elecciones tuvieron que recurrir a las tretas más sucias para detener el triunfo de Keiko Fujimori. Hay que recordar que Ollanta Humala ganó por apenas 400,000 votos. No han hundido pues al Chino. La memoria del pueblo, a la que tanto apelan los caviares, es la de un Alberto Fujimori desinfectando el país de terroristas de izquierda. Evidentemente esa es la memoria que más pesa, aunque no es la que quieren contar los caviares con desesperación. La patraña de la CVR ya se les ha caído!

Seguros estamos de que la gran mayoría del país está a favor del indulto a Alberto Fujimori. Ya lo dirán las encuestas. Pero por ahora, debemos tolerar las inmundicias que publican en La República y La Primera. El editorial dominical de La República apela con cinismo a una ley que Alberto Fujimori promulgó en la linea de su lucha antiterrorista, destinada a los miembros del MRTA, expertos secuestradores de empresarios a quienes recluían cruelmente por meses en agujeros llamados "cárceles del pueblo", en donde muchas veces morían. Para ellos se hizo esta ley que fue una de las muchas que los caviares desmontaron al ingresar al poder con su bandera de los DDHH. Pero, oh sorpresa, ahora la sacan para aplicársela a Fujimori. Ahora sí la ley vale y ya no va contra los DDHH. ¿Qué les parece la doble moral?

Pero aun así es sumamente forzado afirmar que Alberto Fujimori sea culpable de "secuestro agravado". Para la mayoría de los peruanos el juicio de Fujimori fue un montaje perverso donde los caviares sacaron a relucir toda su magia retórica para convertir a Fujimori en "autor" de los crímenes del grupo Colina. Lo raro es que no le agreguen responsabilidad por la muerte del terrorista Tito, ya que la lógica debería ser la misma. Pero ya no hace falta. Fujimori ha sido condenado como querían. Ahora lo que buscan es "reparaciones" para la familia del terrorista Tito (con su tajada, obviamente).

Esa es pues en toda su magnitud la escoria repugnante que significa la caviarada en nuestro país. El infame negociado de las ONGs de DDHH y el sometimiento del Perú a la tutela de la CIDH. El destino ha querido que sea Ollanta Humala el que tenga finalmente en las manos la posibilidad no solo de limpiar el Estado de la nefasta influencia de estas alimañas parásitas y hambrientas de la izquierda, sino también de impartir algo de justicia histórica y verdadera reconciliación otorgando el indulto a Alberto Fujimori.


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