martes, 6 de noviembre de 2012

El verdadero cargamontón mediático


Conocida es la afición de los izquierdistas de usar el lenguaje con harta libertad, al extremo de llamar a las cosas según su conveniencia, llegando incluso al desprecio de la realidad para preferir su imaginería ideológica, lo que les da esa apariencia de perturbados mentales. Es así que el extremista caviar y ex embajador Nicolás Lynch se atreve a decir que han montado un cargamontón mediático para hacerle daño, porque habrían oscuros intereses que quieren perturbar nuestras relaciones con Argentina, dañar nuestra presencia en UNASUR y otras alucinaciones por el estilo. En el otro extremo el ministro de RREE Rafael Ronacgliolo, otro izquierdista, ha dicho que la acción de Lynch "es un asunto menor". Es decir, abrirle las puertas a MOVADEF para conversar con ellos, dándoles un explícito reconocimiento político para seguir su juego consistente en reinsertar a Sendero Luminoso, todo eso es solo un asunto menor para nuestro canciller.

Esa es apenas una prueba del universo de fábula que saben montar los izquierdistas. Unos maximizan y otros minimizan según su conveniencia. Igual ocurre con la revocatoria de Susana Villarán. Los que están detrás son mafiosos. Para la izquierda hay mafias por todos lados que los amenazan porque ellos son sanos, justos, buenos, limpios, inocentes, eficientes, luchadores, progresistas, descentralistas y están a favor de los cambios. Hay un mundo de oscuros intereses que confabula para que Lynch y Villarán sean sacados del escenario. Habría, según Lynch y algunos periodistas rojos, una campaña para depurar el gobierno y hacer una limpieza ideológica.

No es mala idea. Pero lamentablmente no hay nada de eso. Si uno mira la realidad descubrirá que las cosas son muy diferentes. Lynch metió la pata y se tuvo que ir, así de simple. Está en un cargo político y debió cuidar su perfil político antes de ponerse a coquetear con Sendero Luminoso "porque también son peruanos", según su estúpida explicación. Villarán será honesta, nadie ha dicho lo contrario, pero su gestión es un verdadero desastre que ha paralizado la ciudad. La única campaña mediática es la que monta la prensa de izquierda y los periodistas mermeleros multimediáticos, esos que aparecen en todos los medios y horarios y que nunca dejan de invitar a gente de izquierda. 

La verdadera campaña mediática se ve en los diarios chicha de izquierda que usan su portada para montar psicosociales. La República está plagada de comentaristas caviares que andan siempre en campaña a favor de Villarán y en contra de Fujimori. Periodistas como Augusto Álvarez Ródrich y Rosa María Palacios son los dueños de la escena nacional en diarios, radio y TV en doble horario, siempre acusando de mafiosos a quienes buscan la revocatoria de Villarán y desprestigiando el pedido de indulto de Fujimori. Han hecho de políticos rojos como Javier Diez Canseco y Carlos Tapia parte del elenco habitual. Ya deberían pagarles un sueldo por estar en sus programas permanentemente. Mención aparte merecen "outsiders" como César Hildebrandt que corren por su cuenta en medio de su ostracismo pero siempre por la izquierda.

No hablemos de la web que está plagada de blogs de izquierda, ya que en la izquierda abundan los sociólogos, antropólogos y abogados que viven de la academia y se pasan la vida escribiendo. A eso hay que añadir las páginas de las ONGs caviares que se multiplican como bacterias con sus revistas y canales. Por último están los activistas menores, esa capa lumpen de twiteros y facebookeros que inventan una nueva red social cada vez que quieren emprender una cruzada virtual, e incluso materializarlas en marchas bullangueras a cargo de una chusma delirante siempre disponible, como la que ya están organizando para hacer campaña por el "no" en la revocatoria. Ya pronto los veremos en las calles.

¿Dónde está pues el verdadero cargamontón? ¿De qué lado? Por ello resulta patético que los rojos, progres y caviares recurran a la palabrería para acusar a fantasmas inexistentes. Son tan incapaces que se quejan de un solo diario y de un solo periodista: Correo y Aldo Mariátegui. Es el colmo.

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