miércoles, 29 de mayo de 2013

La percepción chilena de La Haya


Una comisión de ministros peruanos encabezada por la ministra Eda Rivas acaba de visitar Chile, en uno más de los muchos gestos que ambos países vienen dando como supuesta prepararción para el fallo de La Haya. Una vez más ambos ministros de RREE han ratificado la voluntad oficial de sus países de acatar este fallo, cualquiera sea. Es muy posible que el sentir del gobierno de Piñera apunte en esa dirección, pese a que hace un mes el mismo Piñera diera un furibundo mensaje a raíz de la presentación de Bolivia en La Haya de un contencioso contra Chile. En esa ocasión llegó a gritar enfáticamente: "no cederemos ni un milímetro de soberanía chilena a ningún país". 

Tal vez el inconsciente traicionó a Piñera, presionado como está por muchos sectores al interior de su país, pero lo cierto es que la posición mayoritaria del pueblo chileno está en ese sentido. Hay una gran mayoría que piensa que Chile no debe acatar el fallo y no faltan incluso quienes se preparan para una actitud belicosa si este fuera adverso. Esa es la realidad de la calle. También en las redes vemos gente opinando que Chile cuándo más empatará, pero puede perder y asumen eso como derrota y afrenta, pues están convencidos de que Chile ganó ese mar tras la Guerra del Pacífico. Por todo esto creemos que la estrategia no debería ser la reunión de burócratas de ambos gobiernos o abrazos empresariales, cuando todo el mundo sabe que los gobiernos serán cambiados y los empresarios seguirán haciendo negocios, sea cual sea el fallo. La estrategia debería estar orientada a la opinión pública y a la adecuada percepción del problema.

Nada se ha hecho en este sentido. Nadie le explica al pueblo chileno que esa frontera no fue trazada por la guerra y que, peor aun, nunca fue trazada. No hay una campaña de orientación popular en ambos lados de la frontera para convencer a la gente de las ventajas de acatar el fallo aunque fuera adverso. Lo que hay entre los peruanos es triunfalismo, como siempre, y entre los chilenos, belicosidad. Esos son los peores escenarios para esperar un fallo tan importante. Pero los burócratas siguen pensando que con declaraciones líricas y abrazos protocolares basta para allanar el camino. Desgraciadamente no es así.

Habría que explicar a los chilenos que es falso que Chile no tenga nada que ganar. Chile hace tiempo que está ganando con una frontera malhabida y que a sola vista resulta abusiva. Todo lo que hay son acuerdos precarios y provisionales interpretados con exceso por parte de Chile, amparados por la dejadez e incuria de las autoridades peruanas, pese a su reacción tardía. El hecho es que Chile disfruta de una soberanía que no está claramente establecida en ninguna parte. Por tanto, Chile ya está ganando ilegalmente hace varios años e imponiendo una posición de abuso. De lo que se trata es que consolide esa posición mediante un fallo o, de lo contrario, acceda a una posición de equidad y justitica trazando una linea mediana y equidistante a la prolongación de ambas costas. En buena cuenta, Chile no va a perder nada. 

A menudo se saca a relucir el ejemplo de Colombia que ha recusado el fallo de La Haya frente a su diferendo con Nicaragua, pero ese es un caso totalmente diferente. Se trata de un escenario mucho más problemático donde existen islas, cayos, archipiélagos, poblaciones, culturas y tradiciones, y donde además La Haya ha emitido un fallo salomónico totalmente imprevisto. En el caso Peru-Chile la cuestión es muy simple. No hay escenarios complejos. Se trata de una simple linea. No es pues probable que La Haya salga con una sorpresa. Solo debe darle la razón a Chile o a Perú tal como están planteadas las cosas. Haciéndolo así ninguno de los países tendrá fundamentos para desconocer el fallo. Lo importante es dejar en claro que con el fallo ambos países ganarán.

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