domingo, 8 de septiembre de 2013

Fanatismo y cobardía en la izquierda


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

Carlos Tapia, insigne representante de la izquierda peruana, ex militante y combatiente revolucionario armado, ex miembro de la CVR que analizó la violencia desatada por un sector de la izquierda y hoy "senderólogo" y comentarista político, nos ilustra con un nuevo artículo donde nos habla del fanatismo y la cobardía de los militantes de Sendero Luminoso. Claro que SL estaba en un grado máximo en cuanto a esas características, pero lo que olvida nuestro analista es que toda la izquierda peruana del siglo pasado padecía del mismo fanatismo y cobardía. La diferencia era solo de grado.

Lo que hace Carlos Tapia en su columna de hoy es criticar "la estrategia" de SL. A eso se dedicaban los grupos de izquierda en los setenta: discutir la estrategia. Todos tenían el mismo plan: "la guerra popular del campo a la ciudad". Todos perseguían el mismo objetivo: "la captura del poder mediante la lucha armada". Todos anhelaban "la derrota del Estado burgués" y la instalación de una "dictadura del proletariado". Ese era el plan maestro general de la izquierda peruana. Sus diferencias eran de grado en cuanto a fanatismo y cobardía. Todos odiaban al imperialismo yanki, todos adoraban el comunismo ruso o chino o albanés, todos tenían como héroes a Fidel Castro y al Che. Así que las diferencias con SL acaban siendo solo de grado y estilo.

Hoy podemos añadir a esas cualidades la hipocresía y doble moral, además de la pérdida selectiva de la memoria, porque la memoria que la izquierda reclama hoy es solo la que le conviene: la respuesta brutal del Estado, las víctimas, los desaparecidos. Y silencio para todo lo demás. Lo que hoy predomina en la izquierda es amnesia, hipocresía y doble moral. Porque luego de los resultados a los que condujo su prédica, ahora quieren lavarse las manos dejando a SL con toda la culpa. ¿Y qué pasa con los demás lunáticos que predicaban lo mismo? Empezando por el mismo Carlos Tapia, guerrillero y asesino confeso de policías. Para ellos no hubo una Comisión de la Verdad.

La estrategia de la izquierda en el presente siglo ha sido lavarse las manos. La CVR denuncia a todos, incluyendo a la iglesia católica. Los únicos buenos son las ONGs de DDHH y los partidos de izquierda cuyos militantes son elevados a la categoría de héroes porque "contuvieron el avance del terrorismo". La estrategia de la izquierda en todos lados es la misma: asumir el papel de víctimas. La historia es igual. Ellos son los luchadores sociales que deseaban liberar al pueblo oprimido de las garras del imperialismo yanki, pero fueron brutalmente masacrados por los gobiernos fascistas al servicio de la burguesía. Pobres chicos. 

El fanatismo y la cobardía de la izquierda en el siglo pasado nos costó varias decenas de miles de muertos, no solo a manos de Sendero Luminoso y el MRTA, sino a manos del MIR, el M19, los montoneros, las FARC y muchas otras organizaciones criminales de izquierda que se alzaron en armas en todos lados con las mismas estúpidas historias. Que hoy quieran hacerse las víctimas es algo que no debemos permitir. Todos ellos son criminales y así hay que señalarlos.

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