domingo, 29 de septiembre de 2013

La prensa chismosa y malévola


Por: Sonia Manrique Collado

La prensa del Perú cada día cae más bajo. La irresponsabilidad con la que ciertos periodistas lanzan titulares acusando y condenando a personas es detestable. Parece ser que se han especializado en desprestigiar y destruir a algunos personajes con el fin de ganar notoriedad. Esta pésima característica se está viendo también con el caso del exobispo auxiliar de Ayacucho, Gabino Miranda, con cuyo nombre han llenado portadas para la complacencia de lectores morbosos.

De este exsacerdote lo único que se sabe oficialmente es que ha sido destituido por la Santa Sede debido a pecados contra el sexto mandamiento, es decir, actos impuros. Pero desde el principio, los profesionales del periodismo se encargaron de difundir que la destitución había sido por pedofilia. Para ello tomaron como información oficial el blog de un abogado español llamado Francisco Fernández de la Cigoña, en el que mencionaba cosas como que este señor Miranda había tenido relaciones sexuales con personas mayores y menores de edad. El citado abogado se mandó con semejante acusación basándose en misteriosas “fuentes”, que además no le dieron números ni nombres. Es decir, se basó en chismes. ¿Es serio entonces tomar como fuente autorizada el blog de una persona que ni siquiera vive en el Perú?

Después de él, fue Diego García Sayán quien mencionó el caso en su columna de La República. Lo hizo en un artículo que tenía como misión principal criticar a Juan Luis Cipriani. Le siguieron titulares maliciosos de los diarios y comentarios de líderes de opinión tratando de vincular al cardenal con la acusación. Cuando él dijo que no tenía mayor información, de inmediato lo acusaron de encubrimiento. La popular terapeuta Carmen Gonzáles dijo en un artículo que el obispo Miranda había abusado sexualmente de un “menor andino”, ¿cómo lo sabe? También calificó a Cipriani como indolente y cruel. ¿Cruel por decir que no tenía información sobre el caso?

Un titular del diario Perú21 el 24 de setiembre anunciaba: “Abogado español acusó a Gabino Miranda de tener sexo en confesionario”. Este es uno de los titulares de mala leche que han aparecido en ese diario, ¿acaso no se ve su intención morbosa? Otro titular más reciente: “Vaticano admite salida de Gabino Miranda por pedofilia”. ¿Es exacto eso? ¿Ha dicho eso el Vaticano? No.

Incluso el semanario Caretas cayó en las especulaciones, pues en un artículo sobre este caso mencionó que en el año 2012 un niño de 14 años denunció a Miranda por tocamientos indebidos. Debido a ello el arzobispo de Ayacucho, Salvador Piñeiro, tomó acción y elevó el expediente de acusación al Vaticano, eso dice. Sin embargo Monseñor Piñeiro acaba de aclarar que él no había recibido ninguna acusación sobre su obispo auxiliar y que recién le comunicaron el 5 de julio sobre la destitución del obispo auxiliar.

Ahora el abogado español que afirmó cosas como que Miranda “pedía favores sexuales en el confesionario”, aduce que él sólo dijo lo que un peruano le dijo. ¿Es ésa una forma responsable de actuar? Pero en todo caso, él puede decir lo que quiera en su blog. Lo que es totalmente cuestionable es que medios de comunicación peruanos, incluso serios, se presten a hacer afirmaciones tajantes basándose en la opinión de un blogger que dice que le dijeron.

Se ve a leguas que con este caso muchos quieren deshacerse del cardenal Juan Luis Cipriani. Dicen que Gabino Miranda fue nombrado obispo a petición de él, que pertenece al Opus Dei y finalmente que está encubriendo a un pedófilo. El arzobispo de Ayacucho ha dicho que él mismo no sabe nada pues la denuncia ha sido dirigida directamente a la Santa Sede. Entonces ¿por qué quieren acusar al cardenal Cipriani de encubrimiento?

Existe la probabilidad de que el obispo destituido sea culpable. El propósito del presente artículo no es defender a un abusador de menores. De lo que se trata es de cuestionar la forma en que se trabajan las noticias. ¿Qué pasaría si mañana nos enteramos que la razón de su destitución fue otra? ¿Es justo condenar a alguien desde el principio basándose en rumores y antipatía? Claro, antipatía más ansias locas por librarse de Cipriani.

Deja mucho que desear la forma de trabajar de los periodistas actuales. ¿Qué clase de educación reciben en sus universidades? ¿Les enseñan eso? ¿A tomar chismes como si fueran verdad? ¿Ya no investigan, no viajan para hacer indagaciones? Una pena que la prensa del Perú esté en plena decadencia y que el periodismo sea ejercido por un grupo de chismosos con tendencia al sadismo y a la destrucción de honras. La bajeza como bandera. ¿Se sentirán orgullosos?

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