domingo, 13 de octubre de 2013

La concentración de medios y la progresía


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

La progresía suele comportarse como una jauría muy bien disciplinada que ataca a sus presas sin concederles un descanso. Cualquier cosa puede ser empleado como pretexto para atizar la hoguera donde intentan asar a sus víctimas. Obviamente que Alberto Fujimori es el primero de su lista negra. Una larga lista de personajes odiados por el rojerío como el cardenal Juan Luis Cipriani y Roque Benavides. Pero desde hace un tiempo el progresismo nacional se ha dedicado al ritual satánico de organizar simposios donde los distinguidos invitados expulsan su vómito negro contra El Comercio. La ceremonia tiene como evangelio las sagradas escrituras de la libertad de prensa. 

Lo más chistoso de este circo progre es que entre los indignados ante el supuesto peligro que se cierne sobre la libertad de prensa están viejos velasquistas que en su momento aplaudieron la confiscación de los medios por parte de la dictadura militar, y que luego se prestaron como sirvientes editorialistas. También se ven en la palestra a rojetes que aplaudieron públicamente los intentos de Alan García por estatizar todo el sistema financiero nacional. También están defensores del plan siniestro de la Gran Transformación, que reserva lineas peligrosas sobre el control de los medios. Es decir, que toda esta inmundicia de la política peruana venga ahora a querer darnos lecciones de libertad es el colmo de la conchudez.

Adicionalmente se han sumado al coro progre algunos conocidos periodistas mermeleros que por estos días andan lamiéndose las heridas por haber sido defenestrados de sus feudos que creyeron propios. Claro que en teoría todo suena a melodía de Mozart. ¿Quién no puede estar a favor de la libertad de prensa? No me refiero a estos hipócritas de la izquierda que hoy se rasgan las vestiduras por la libertad pero que no dudarían ni un segundo en besar los pies de un tirano chavista, apenas se traiga abajo esta libertad que hoy dicen defender. Tampoco han dicho nada en favor de la libertad de prensa conculcada en Ecuador y Venezuela, y aun amenazada en Bolivia y Argentina. De esa izquierda es mejor no esperar nada. Por lo menos nada decente.

El lio progre se desata a raiz de la compra de EPENSA por parte del grupo El Comercio. Una compra que está dentro de la ley, pero que al rojerío le disgusta y amarga, empezando por los dueños de La República, porque ellos esperaban hacerse con dicha propiedad. O sea, la envidia y la pica es evidente. 

¿Hay razón para tanto escándalo? No lo hay. Lo cierto es que el único que realmente puede amenazar la libertad, cualquier libertad, es el Estado. Mientras que el Estado garantice la libertad, cualquiera puede sacar un diario, una revista, una emisora, un programa, un blog, etc. Mientras este derecho esté garantizado no hay nada que reclamar. Resulta insólito pues pedir la intervención del Estado para regular los medios. Esto solo cabe en el cerebro de un progre, pues es como si las ovejas llamaran al lobo para solucionar un lío en el redil.

Si una empresa que se dedica a los medios desde hace más de siglo y medio y que posee una rotativa costosa y moderna pretende sacarle provecho a su capacidad instalada imprimiendo varios diarios y revistas está en su pleno derecho. Para eso es que se hace una empresa: para crecer y obtener el máximo rendimiento de una inversión. No se le puede decir a una empresa que deje de crecer, deje de invertir o de usar su rotativa porque la competencia se resiente. Eso es ridículo. En lugar de ponerse a llorar como Quico, lo que deberían hacer estos señores son mayores inversiones, incrementar la competencia y arriesgarse con nuevas publicaciones tratando de ganar el mercado. Eso es lo único que corresponde si quieren combatir la "concentración de medios".

El Perú es todavía un lugar que tiene un nivel primario en medios de prensa. El rubro de revistas está sub explotado. Se ha saturado el mercadillo de los diarios baratos, pero hay mucho espacio todavía para los medios de alto nivel, es decir, de categoría internacional. Nuestros diarios son mayormente provincianos. Así que en lugar de andar lloriqueando y montando shows en defensa de una libertad que no corre ningún peligro, la progresía debería poner las barbas en remojo si quiere tener un lugar de respeto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario