jueves, 10 de septiembre de 2015

Psicosociales del gobierno


Escribe: Dante Bobadilla Ramírez

De pronto, el día en que Rosana Cueva se presentaba en el Congreso de la República y se debatía luego el caso Oscar López Meneses, ambos temas que comprometen al gobierno, Lima se vio inundada de granadas y burdos trapos rojos con supuestos mensajes senderistas. Es decir, ya no solo son granadas de extorsionadores de colegios y comerciantes, como se pensaba, sino incluso de SL. Pero todo junto en el mismo día. Demasiado como para creerlo.  Se dice que en política no hay coincidencias. Es cierto. Y menos tantas y tan burdas. Tal parece que las granadas se consiguen en la Cachina, como cualquier celular robado. ¿Así de fácil es? ¿Quién maneja esas granadas?

Lo trágico de este psicosocial claramente montado por el gobierno es que hay un policía muerto. Un muerto que se suma al de Emerson Fasabi, ex empleado de la familia Humala-Heredia, misteriosamente desaparecido y hallado luego con lesiones internas típicas de tortura. El asunto de la mafia política de los Humala-Heredia que salió a la luz precisamente con el caso de Oscar López Meneses y se coronó con el destape de las agendas de Nadine, se está calentando cada día más. Ya están apareciendo muertos, y esto recién empieza.

Lo curioso de todo esto es que la izquierda no dice nada, anda calladita. ¿Qué pasó con los famosos indignados? ¿Dónde están los luchadores de la moral que organizaban sus flash-mob por las redes para protestar contra la inmoralidad? ¿Y dónde están las ONGs de DDHH del rojerío pro terruco? ¿Han dicho algo por la muerte de Emerson Fasabi? ¿Les ha preocupado esta extraña muerte de un humilde hombre ninguneado y negado hasta por el cobarde Cosito? ¿Dónde están los abogados de IDL, siempre tan solícitos defensores de cuanto terruco aparece al frente, que no han aparecido ahora para defender a la empleada de Nadine, acusada por esta de ratera ante la fiscalía? Allí no se ofrecen en la defensa. Nadie del rojerío mueve un dedo cuando se trata de Ollanta Humala. 

¿Alguien ha leído un comunicado de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, esa cueva de defensores de terrucos, diciendo algo por la muerte del valeroso policía Castellanos, fallecido tratando de desactivar una granada frente a un colegio? ¿Aunque sea un breve comunicado de dolor, que muestre congoja, condene el acto de violencia y se solidarice con los deudos? No. Nada. Y es que la CNDDHH Es una institución que solo sirve para el activismo comunista. Ellos solo lamentan las muertes de los agitadores de los antimineros, de los revoltosos y de los asesinos de policías cuando son reprimidos y heridos. Allí si corren a socorrerlo, a defenderlo y a condenar a la policía. 

Bueno, estas son las cosas que ocurren en nuestro país en estos días. Hay que ir viendo quién es quién y de qué pie cojean. No hay novedad en la doble moral de la izquierda. Son lo que son. Y por eso están donde están en las preferencias electorales.  No llegan ni al error estadístico. Tomemos nota para que los falsos predicadores de la moral y defensores de terroristas no nos tomen el pelo.

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