domingo, 14 de mayo de 2017

Libertad para PPK


Definitivamente este es un gobierno sin brújula. En cierto modo los desastres climáticos que afectaron el norte han sido su salvación porque les permitió posar para la foto en diversas ocasiones, con lo cual ganaron aceptación, y también porque les ha dado un objetivo concreto que cumplir. Luego, vemos que este gobierno navega sin rumbo, dominado por la agenda progresista local e internacional, y asumiendo los entuertos del gobierno anterior en proyectos absurdos. Más allá de eso no ata ni desata. 

Como lo han advertido varios analistas, PPK no estaba realmente preparado para gobernar, pues no se trata solo de tener experiencia personal, se requiere mucho más que eso, como un sólido partido político verdadero y no una combi electoral improvisada, llena de amigos ex toledistas más trepadores de última hora que ni se conocen. También hacía falta un plan de gobierno mínimo. Pero no tan mínimo que se agote en la sola instalación de agua y desagüe. Además de obras se requiere una reingeniería total del Estado, que ya resulta costoso, deficiente y sobredimensionado. Hace falta una exhaustiva revisión de leyes para desregular el asfixiado entorno laboral. En suma, hay mucho por hacer, pero a PPK parece que solo le interesa imponer la agenda gay en el Perú.

La avalancha de legislación reciente está destinada mayormente a construir una ideología de género en la población, desde la escuela hasta el deporte y la atención de salud. Hay un empeño marcado en convertir a los sectores LGTBI en seres privilegiados dotados de mayores derechos que los demás. En esta tarea, PPK es secundado por toda la beatería progresista, desde sus ONG hasta sus medios y redes sociales. Incluso los desorientados opinólogos creen que la mayor amenaza en este momento no es la plaga de progres levantando el tema gay para imponerlo en la agenda del país, sino los pobres seguidores de iglesias cristianas marginales, que han salido a las calles a hacer frente a la imposición grotesca de la ideología de género. Son los únicos que se atreven a oponerse a la dictadura de la moral progresista, mientras muchos opinólogos posan como santones de la bondad social. en espera de ser canonizados por los caviares. 

Oponerse a la arremetida progre no significa compartir los motivos y creencias de estos sectores religiosos. Sostener que son estos sectores que salen de sus templos a marchar contra las imposiciones progresistas, los que constituyen el mayor peligro social, significa estar bastante delirante pues se ignorar en qué lado está el mayor peligro para nuestro país. La agenda progresista siempre será el cáncer que corroe nuestra sociedad, aunque se disfrace de causa social noble y edulcorada. En última instancia, ni siquiera se distinguen mucho de los sectores religiosos que predican en contra del pecado, ya que el progresismo nos impone un nuevo catecismo con nuevos pecados y delitos que ya no te condenan al infierno sino directo a la cárcel. 

Estamos entre el delirio de la religión y la embestida de un progresismo alucinado y totalitario. Ambos nos imponen sus dogmas y doctrinas, pero el progresismo nos amenaza con castigos reales si no obedecemos sus mandamientos de buena conducta social, como no discriminar ni ofender de ninguna manera a los sectores privilegiados. De eso trata la arremetida progre. En el liberalismo nos tenemos que oponer a ambos sectores por igual, pues desde ambos lados pretenden imponernos su moral social y sus dogmas de fe, obligándonos con normas aberrantes y amenazándonos.

En medio de todo esto, el pobre PPK no sabe en dónde está parado. Mientras hace sus bailecitos y cuenta sus chistes, la caviarada que lo tiene de rehén hace lo que quiere. Y lo peor es que le quitan gobernabilidad al obligarlo a pechar al fujimorismo. PPK cree que su mejor estrategia es combatir al fujimorismo para ganarse el apoyo del progresismo que le están haciendo la tarea de gobierno. Bajo esta coyuntura no cabe duda que lo primero que hay que pedir es libertad para PPK. Es él quien primero debe liberarse de la prisión progresista y a ver si luego puede tener una agenda real de país.

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